En sus primeros meses de vida, el bebé puede necesitar un cambio de pañal cada pocas horas, por lo que la higiene de la zona genital se convierte en una rutina muy habitual. Es importante llevarla a cabo de manera adecuada para evitar irritaciones en una piel muy delicada. Hay que tener en cuenta que la epidermis (la capa más externa) puede ser hasta un 30% más fina que la del adulto, por lo que está mucho más expuesta a irritaciones.
Los bebés pueden manchar o mojar el pañal una media de ocho veces al día, por lo que el aseo genital es continuo. La forma de hacerlo es distinta si se trata de niños o de niñas, aunque hay unas pautas comunes.
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