Vivir aventuras durante el verano no solo es cosa de viajar o de leer esas grandes historias que nos transportan a tierras lejanas, sino que hay muchas formas de hacerlo. Encerrarse en un libro y resolver los grandes misterios que nos propone puede ser otra de ellas. Porque sí, hay cuadernos que retan a nuestra mente para conseguir dos objetivos fundamentales: que no caigamos en el aburrimiento y que sigamos trabajando nuestra cabeza. Y algunos de los que las editoriales han creado para el público infantil son estupendos.
Están repletos de pasatiempos en diferentes formatos (desde historias de investigación hasta los clásicos sudokus o laberintos), pero en todos tienes que leer y tratar de resolver el misterio que se esconde o la solución más lógica (o no). Trabajan, sobre todo, la capacidad de deducción, la concentración, la memoria o algunas competencias como la lingüística o la matemática. Pero no son en absoluto cuadernos de verano.