La infancia no es diferente a otras edades en cuanto a la elección de grasas saludables. “En el día a día no pueden faltar los denominados ácidos grasos insaturados, entre los que se encuentran los monoinsaturados (aceite de oliva, aceitunas, aguacate...) y los poliinsaturados (semillas, pescado azul, nueces...) entre los que cabe destacar el omega-3”, relata Laia Rovira.
“Las grasas que se deberían limitar se encuentran en productos de comida rápida, precocinados o bollería”, advierte la dietista-nutricionista.
Así, en el menú del niño debe incluirse aceite de oliva, pescado azul y frutos secos. En relación a los pescados azules con elevada presencia de mercurio (atún rojo, pez espada, lucio y tiburón), no se recomienda su consumo hasta los 10 años. Entre los 10 y los 14 años, solo se pueden tomar 120 gramos al mes.
Además, hay que tener especial precaución con los frutos secos hasta los cinco años, pues pueden provocar atragantamientos fatales. Por ello a los niños se le ofrecerán molidos o en polvo hasta esa edad. Los más saludables son los que no llevan sal ni azúcar ni están fritos.