Cada mujer nace con un número de óvulos que, sorprendentemente, queda fijado ya en la etapa fetal. Así, venimos al mundo con una dotación de óvulos, algunos de los cuales se activan para la ovulación, mientras que otros se ‘mueren’ o no evolucionan. Los que cada mes forman parte del proceso menstrual pueden ser fecundados, dando lugar a un embarazo.

Conocer la reserva ovárica con la que se cuenta puede determinar muchas decisiones importantes, como el momento de ser madre. Se puede saber mediante pruebas sencillas y aporta una gran información.

¿A qué mujeres se aconseja valorar la reserva ovárica?

Las mujeres son madres a una edad cada vez más tardía, fundamentalmente por factores sociales, como la inestabilidad económica o laboral. De hecho, la edad media en que las españolas tienen a su primer hijo está en 31,22 años.

Esto significa que “muchas mujeres que quieren quedarse embarazadas tienen ya una baja reserva ovárica”, alerta la Dra. Nadia Caroppo, especialista en Medicina Reproductiva de Equipo Juana Crespo, clínica de fertilidad para casos de alta complejidad, en Valencia. De hecho, hay un 24% de mujeres entre 30 y 34 años que tienen este problema.

Midiendo la reserva ovárica se puede saber cuánto tiempo hay de margen o si conviene vitrificar los óvulos (congelarlos) para ser utilizados más adelante. El hecho de que se vitrifiquen no garantiza luego el embarazo, pero ofrece una posibilidad de lograrlo mediante la reproducción asistida.

También se recomienda a las mujeres que han tenido antecedentes familiares, especialmente por línea materna, de menopausia precoz (antes de los 40-42 años) por causas naturales.

¿De qué dependen la calidad y la cantidad de óvulos?

Al valorar la reserva ovárica, los datos ofrecidos son siempre con respecto a la cantidad. Pero esa cantidad no asegura calidad. “Sobre la calidad de los óvulos, el mejor factor pronóstico es la edad de la mujer”, según explica la Dra. Caroppo.

Hay que tener en cuenta, además, que hay una edad de la mujer en que la cantidad de óvulos comienza a bajar considerablemente, y es los 35 años: “A partir de ese momento, hay una bajada importante de cantidad y de calidad”, advierte.

Esto hace que entre los 35 y los 40 años haya más tasas de aborto espontáneo y que a partir de los 40 haya una elevación exponencial de pérdidas porque hay una gran cantidad de óvulos con anomalías.

Además, hay otros factores que pueden influir en la baja reserva ovárica:

• Antecedentes familiares en línea materna de menopausia precoz.
• Alteraciones cromosómicas que provocan patologías como el fallo ovárico prematuro.
• Intervenciones quirúrgicas como la extirpación de un quiste que puede llevarse tejido sano.
• Tratamientos médicos como la quimioterapia y la radioterapia.
• Factores ambientales (consumo de tóxicos, estilo de vida poco saludable, sedentarismo, obesidad...).
• Endometriosis. Es, junto a la edad avanzada, el factor que más influye negativamente en la baja reserva ovárica.

Los métodos para medir la reserva ovárica

La reserva ovárica se puede contabilizar de tres formas, según detalla la especialista:

Ecografía transvaginal

A través de una ecografía transvaginal se puede hacer un recuento de los folículos centrales (el óvulo inmaduro). Se realiza entre el segundo y cuarto o quinto día de la regla, que es cuando el órgano está en reposo.

Analítica para medir FSH, hormona luteinizante (LH) y estradiol

Hay una serie de hormonas que también pueden indicar la cantidad de óvulos con los que cuenta en ese momento la mujer. Por un lado, se mide la FSH, que es la hormona foliculoestimulante y controla la maduración del óvulo. Por otro, la hormona luteinizante (LH), cuya función es intervenir en la liberación del óvulo y en la preparación del útero una vez que el óvulo ha sido fecundado. Y, por último, en esta analítica también se recogerían los valores del estradiol, que es la hormona sexual por excelencia en la mujer (igual que en los varones es la testosterona). Esta analítica de sangre se realiza también entre el segundo y el cuarto o quinto día de regla.

Análisis de la hormona antimülleriana

Esta tercera vía es la más novedosa y ofrece marcadores más estables, ya que no varía a lo largo del ciclo. La hormona antimülleriana es una sustancia segregada por los folículos ováricos y, por tanto, ofrece información sobre su cantidad.

¿Cuándo hay una baja reserva ovárica?

Los distintos métodos de análisis establecen si la reserva ovárica es adecuada o baja. “Una buena reserva ovárica está entre 1 y 3 nanogramos por decilitro. Por debajo de 1, hay una baja reserva ovárica, y por encima de 3, es alta, lo que podría significar ovarios poliquísticos”, detalla la experta de www.juanacrespo.es. Pero no solo importa el resultado, sino también la edad de la paciente. Ambos factores influyen en su capacidad reproductiva.

Además, este resultado se puede tomar con valor predictivo. “Un 70% de las chicas con una reserva ovárica muy baja (-0,3/0,5) entran en menopausia al año siguiente, sobre todo si tienen antedecentes familiares de menopausia precoz”, apunta la Dra. Caroppo.

¿Se puede aumentar la reserva ovárica?

La reserva ovárica no puede aumentarse. “Ha habido algunos intentos con técnicas experimentales para incrementar tanto la cantidad como la calidad, pero los resultados no son concluyentes”, destaca la experta en Medicina Reproductiva.

Lo que sí se puede hacer cuando el número de óvulos ha empezado a caer es congelarlos. “Lo mejor es preservarlos antes de los 35 años. Se recomienda a mujeres entre 30 y 34 años que quieren ser madres, pero en ese momento han de posponer la maternidad”, recomienda.

También cuando la mujer va a someterse a un proceso de quimioterapia, se aconseja vitrificar antes los óvulos e igual sucede si hay una cirugía por la endometriosis.

La determinación de la reserva ovárica se puede realizar tanto en la sanidad pública como en la sanidad privada (algunas clínicas lo ofrecen incluso gratuitamente).

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