Mujer embarazada enfermedad reumática.©AdobeStock

Embarazo

Consejos para un embarazo con éxito en mujeres con enfermedades reumáticas

¿Puedo quedarme embarazada? ¿Habrá complicaciones? ¿Tengo que interrumpir mi medicación? Estas son solo algunas de las preguntas que las pacientes se plantean antes de buscar ser madres y que resolvemos con este conjunto de buenas prácticas.

Las enfermedades reumáticas son aquellas que afectan al aparato locomotor de una persona. Podríamos empezar a enumerarlas, pero incluyen más de 200 patologías distintas y, en nuestro país, afectan a 1 de cada 4 pacientes mayores de 20 años, es decir, a un 25% de ellos. De entre todas ellas, las más frecuentes o comunes son: artritis reumatoide o psoriásica, artrosis, fibromialgia, gota, osteoporosis o vasculitis, entre otras muchas. Y, cuando nos planteamos un embarazo, todo se cuestiona, incluso, si este tipo de enfermedades puede influir o no en la gestación, en la lactancia materna y, en muchos casos, si es posible el éxito del propio embarazo.

En este campo, los expertos reumatólogos, que buscan siempre mejorar su formación en este ámbito, nos plantean nuevas recomendaciones para lograr un embarazo con éxito. Porque sí, “las mujeres con enfermedades reumáticas pueden tener hijos (igual que los puede tener cualquier mujer sana), aunque con matices, pues es necesario planificarlo junto a tu médico y contar con un equipo multidisciplinar que sepa abordar correctamente las posibles complicaciones que se presenten”.


Así lo confirma la Dra. Julia Martínez Barrio, del Servicio de Reumatología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid en el IV Curso de Edad Fértil en EAS y patología inflamatoria crónica, celebrado la semana pasada, como miembro de la Sociedad Española de Reumatología (SER). Ella ha sido quien nos ha confirmado que existen “nuevas recomendaciones que orientan a las mujeres con enfermedades reumáticas que buscan un embarazo y a los propios expertos médicos” y quien ha elaborado, junto a sus compañeros, un conjunto de consejos y buenas prácticas para estas pacientes que también quieren ser madres.

1. Planificar el embarazo

Sabemos que muchas veces no es posible, pero una “adecuada planificación del embarazo en la mujer con enfermedad reumática es imprescindible para conseguir que sea una realidad y un éxito”. Y es que, nos dice la doctora, desde el mismo momento de su diagnóstico, “las mujeres en edad fértil deben solicitar y recibir información sobre el manejo de su enfermedad en esta etapa, así como sobre los métodos anticonceptivos si no lo desean”. Así, en general, los métodos anticonceptivos modernos son seguros para la mayoría de las pacientes con este tipo de enfermedades, pero en el caso de una artritis reumatoide, conviene valorar si evitarla o no (en el caso de la utilización de contracepción hormonal combinada) en periodos de inmovilización.

2. El mejor momento para quedarse embarazada

Una de las preguntas que más les surge a las pacientes es la de ¿cuándo podrán quedarse embarazadas? La doctora nos dice que “lo importante es tener controlada la enfermedad, al menos, de 3 a 6 meses antes”. Incluso, puede haber casos en los que la recomendación llegue hasta los 12 meses, si son pacientes que han sufrido brotes graves de algunas de las enfermedades que se engloban, como puede ser el lupus. Por ello, es fundamental preguntarle a tu médico y, de nuevo, planificarlo con él.

3. Interrupción de la medicación

Si lo que te preocupa es la posible afectación de la medicación a tu embarazo, no te preocupes, porque durante la propia planificación de la que hemos hablado y el embarazo, “se aconseja siempre interrumpir aquellos tratamientos menos seguros”. Sin embargo, aquellos que han demostrado ser compatibles, no tienen por qué interrumpirse, “simplemente se indicará si es adecuado o no, la posibilidad de utilizar el fármaco recetado a lo largo del embarazo y en qué cantidad e intentar evitar siempre un cambio de tratamiento durante los meses de gestación”.


4. Un equipo multidisciplinar implicado durante todo el embarazo

Cuando una mujer con una enfermedad reumática se queda embarazada, especialmente en el caso de las enfermedades autoinmunes sistemáticas como puede ser el lupus, “se debe remitir a una Unidad de Embarazo de Alto Riesgo o, en su defecto, asegurarse de mantener un contacto estrecho con su equipo de reumatólogos y obstetras, para que se coordinen”. Un aspecto que ha destacado también el Dr. Juan Antonio Martínez López, del Servicio de Reumatología del Hospital General Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid y coordinador del encuentro: “son situaciones, a veces, de difícil manejo, por lo que es importante resaltar la importancia, no solo del propio reumatólogo, sino de la ayuda que nos ofrecen los obstetras, que colaboran estrechamente con nosotros para garantizar la mejor atención posible a las pacientes”.

Así, la colaboración entre los diferentes equipos asistenciales se ha de basar en una buena comunicación entre los profesionales y las pacientes, incluyendo: reumatólogos, médicos de atención primaria, matronas, obstetras y, en algunos casos, farmacéuticos de hospital.

5. Un parto vaginal y natural, salvo que se indique lo contrario

Esta es la vía de parto preferida por la gran mayoría de las mujeres y, salvo que esté contraindicado por motivo obstétrico, “puede ser también el elegido por las mujeres con enfermedades reumáticas”, nos dice la doctora. Es más, lo ideal es que el parto se inicie de forma espontánea, “salvo que hayan aparecido complicaciones maternas o fetales a lo largo de la gestación que nos hagan plantear la inducción”. Pero siempre impera el criterio del obstetra en este caso.

6. La epidural tampoco está contraindicada

De la misma forma que se recomienda un parto vaginal, la epidural no tiene contraindicaciones en una mujer con enfermedad reumática. En este caso, el criterio que se sigue es el del propio anestesista, quien “sí debe tener en cuenta su enfermedad y la medicación o tratamiento seguido por la paciente”.

7. Extrema la vigilancia durante el puerperio

En esta etapa (lo que conocemos generalmente como cuarentena), sin embargo, sí que es importante extremar la vigilancia de los síntomas de la enfermedad, “pues los brotes son bastante frecuentes”. Es una cuestión, nos dice la doctora, “que preocupa mucho a las mujeres, no por la enfermedad en sí, sino por su afectación a la hora de cuidar a su bebé”. Por eso, es importante la vigilancia y continuar con el tratamiento indicado por tu médico.

8. Di sí a la lactancia materna

No hay que renunciar a la lactancia materna si así se desea, siempre y cuando, nos dice la doctora, “la enfermedad siga controlada y los tratamientos recetados sean compatibles con ella”. Para ello, de nuevo, hace falta mucha planificación y coordinación con tu equipo médico.

9. El apoyo, en este caso, es fundamental

Con una adecuada preparación y supervisión, no tienen por qué aparecer problemas durante los meses de gestación. Sin embargo, la tranquilidad de la paciente es imprescindible y, por eso, se recomienda siempre “hablar con el médico para recibir el apoyo necesario durante todo el proceso y facilitar, en caso de ser necesario, un acceso inmediato a consulta si aparece, por ejemplo, un brote de la enfermedad”.

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