Niña con gafas de sol en verano©AdobeStock

Salud Infantil

Este verano, que no se te olvide, ponle gafas de sol

La protección de los niños en esta época no solo pasa por la crema solar, sino también con otros elementos como una gorra o unas buenas gafas de sol, ¿sabes cómo elegirlas?

No hay un solo verano en el que no nos pongamos a leer y leer sobre las mejores cremas con protección solar para nuestros hijos, pero solemos olvidarnos de dos cosas muy importantes: contar con una gorra y, sin duda, con unas buenas gafas de sol. Los expertos son rotundos, no solo son buenas para los niños, sino que son, además, necesarias y recomendables. ¿Por qué? Porque protegen los ojos de nuestros hijos de los efectos nocivos de la radiación solar (los rayos UV) en la retina y en diversas estructuras oculares, además de protegerlos frente a cualquier otro objeto que pueda entrar en sus ojos, como la arena. Si ya son delicadas en los adultos, imaginaros en un niño.

Por eso, hemos querido hablar con Cristina Asensio, Óptico Optometrista en Alain Afflelou, para que nos explique si son de verdad seguras las gafas de sol para los niños (a muchos padres les echa para atrás la idea de que no sean recomendables) y en qué debemos fijarnos para adquirir unas que sean las adecuadas. Porque, eso sí es verdad, deben cumplir con un conjunto de características homologadas.

La importancia de las gafas de sol en los niños

El sol, nos dice Cristina Asensio, “fuente de vida, pero para los óptico optometristas, por ejemplo, también puede convertirse en un problema para la salud”. Estamos muy concienciados en cuidar nuestra piel con protector solar, así como de usar gorras en verano si salimos a caminar o vamos a la playa, “pero es bastante menos habitual que los padres se preocupen por proteger del sol los ojos de sus hijos, sobre todo, cuando son muy pequeños”.

Sin embargo, nos advierte la experta, las gafas de sol en los niños son importantísimas, “porque sus ojos son más sensibles y vulnerables a la luz solar y sufren un mayor daño que los adultos, ya que no todavía no están preparados para esta exposición”. Y es que, tenemos que tener en cuenta que “una gran parte de la radiación UV que acumulan las personas a lo largo de su vida la reciben durante su infancia”. Y los ojos no están exentos.

Una prevención en la que hacemos hincapié, sobre todo, en verano, cuando los índices de radiación UV alcanzan su máxima intensidad y pasamos más tiempo al aire libre, pero “no hay que olvidar que durante el resto del año el sol sigue estando presente y sus efectos nocivos, al igual que en la piel, se van acumulando, por lo que debemos proteger los ojos de los niños durante todo el año”, nos advierte la experta.

¿Son seguras las gafas de sol para niños?

Totalmente seguras si cuentan con la homologación de impuesta por la propia Comunidad Europea (CE) y, además, muy recomendable, pues, como nos cuenta Cristina Asensio, unas buenas gafas de sol:

Por eso, en líneas generales, “se recomienda que los niños lleven gafas de sol a partir de los 6 meses de edad”.

Características de unas buenas gafas de sol

Como ya hemos dicho, es fundamental que las gafas de sol de los niños, al igual que en el caso de los adultos, estén homologadas, puesto que, en el caso contrario, suponen un grave peligro para la salud visual. Por tanto, entre las características en las que debemos fijarnos para hacer una buena elección, nos detalla Cristina Asensio las siguientes:

  • Las gafas deben llevar la marca CE (la homologación de la Comunidad Europea), filtrar el 100% de la radiación ultravioleta y no distorsionar los colores.
  • Debemos adquirirlas en establecimientos sanitarios y jamás emplear unas gafas de juguete para proteger los ojos de un bebé o un niño.
  • La montura de las gafas deberá ser de materiales resistentes, seguros y cómodos, como la silicona, el nylon o la poliamida.
  • También son recomendables los cristales orgánicos o de policarbonato, ya que son más resistentes y ligeros.
  • De entre los filtros que propone la Norma Europea sobre gafas de sol (UNE), el filtro más recomendable para los niños es el de categoría 3, con transmisiones de la luz visible entre el 8 % y el 18 %.