Mujer embarazada leyendo con gafas©AdobeStock

Embarazo

¿Puede aumentar la miopía durante el embarazo?

La respuesta es afirmativa, pero los cambios hormonales producidos durante la gestación pueden afectar también a otros aspectos de tu visión

Si le preguntamos a una mujer cuáles son los síntomas que peor llevan del embarazo, seguramente nos confiese que las náuseas o mareos, los dolores lumbares y la aversión a ciertos alimentos. Pero otros, podrían sorprenderte. Por ejemplo, las mujeres gestantes con miopía, pues los cambios hormonales que se van dando lugar durante estos meses afectan tanto a la córnea como al cristalino, aumentando sus dioptrías y produciendo una visión borrosa.

Sí, la miopía puede llegar a aumentar durante el embarazo, pero como nos afirma Mariano González, responsable del Área de Salud Visual de Alain Afflelou, no es el único cambio que puedes sufrir en tu visión. Si tienes hipermetropía o eres usuaria frecuente de lentes de contacto, es recomendable acudir a tu oftalmólogo o, al menos, someterte a algún tipo de revisión.

¿Por qué aumenta la miopía durante el embarazo?

Según nos cuenta Mariano González, durante el embarazo “puede haber cambios de refracción y, entre ellos, un leve aumento de la miopía”. Muchos expertos aseguran que en torno a un 15% de las mujeres se ven afectadas por este incremento de la graduación. “Este suele ser transitorio y, tras la lactancia, acaba volviendo a su estado anterior”.

Los motivos por los que se producen son por los cambios en el espesor y la curvatura, tanto de la córnea como del cristalino, “derivando en una variación de la graduación que suele ser leve”. Sin embargo, nuestro experto advierte “que también puede deberse a una posible diabetes gestacional, ya que los cambios en la glucosa en sangre puede asociarse con cambios en la refracción, tanto subidas como bajadas de la miopía o de la hipermetropía”.

Gafas o lentillas durante el embarazo

Todo depende de si eres usuaria de una u otra herramienta de manera habitual y de si aparecen o no molestias. Así nos lo explica nuestro experto, que afirma que “en ocasiones, las usuarias de lentes de contacto pueden notar una peor tolerancia a las mismas, como, por ejemplo: sensación de un cuerpo extraño o una especie de arena en los ojos”.

En el caso de aparecer molestias, estas se deben “al cambio de curvatura corneal y al descenso de la producción lagrimal, que suelen darse durante el tercer trimestre de gestación”. Para eliminar estas molestias, tienes varias opciones:

  • Cambiar de tipo de lentes de contacto.
  • Usar lágrimas artificiales, que ya se recomiendan aunque no estés embarazada.
  • Cambiar el sistema de limpieza durante el embarazo.
  • Pasar a utilizar, en estos meses, tus gafas.

Y es que, en el caso de las gafas, estas molestias desaparecen, pero, advierte nuestro experto, “como consecuencia de los cambios hormonales, puede ser necesaria la actualización de su graduación si el cambio en la refracción afecta negativamente a las actividades de la vida diaria, en el trabajo o en la conducción”.

Las alteraciones visuales no suelen persistir durante la lactancia

Según nos explica nuestro experto, “los cambios en la forma de la córnea y del cristalino pueden persistir durante las primeras semanas de la lactancia. Más o menos, durante las 6 u 8 semanas siguientes al parto”. Sin embargo, una vez pasado este tiempo, “si el cambio experimentado se debe a la gestación (no tiene otro origen), la graduación de la mujer volverá a un nivel muy parecido al que tenía durante el embarazo”.

Otros problemas visuales que pueden aparecer durante el embarazo

Además de estos leves aumento en la graduación de la miopía o de la hipermetropía, según Mariano González, “las embarazadas también pueden experimentar cambios en la lágrima y un incremento de la sensibilidad corneal, lo que puede ocasionar que, si son usuarias habituales de lentillas, no estén igual de cómodas con ellas durante los meses de gestación”.

Por eso, todas aquellas mujeres que noten cambios en su visión durante la gestación deberían acudir a un profesional, para valorar si esas modificaciones (que pueden ser molestas o no) son transitorias o duraderas. Y, sobre todo, “las mujeres con alta miopía deben ser seguidas de cerca por su oftalmólogo durante estos meses, pues están más expuestas a los cambios en su retina”.

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