Acidez estomacal. Mujer embarazada en la cama.©AdobeStock

Embarazo

Cómo evitar la acidez de estómago durante el embarazo

Suele ocurrir, principalmente, en el segundo y tercer trimestre, pero puede aparecer en todo el proceso de gestación. Siguiendo estos consejos, puedes remediarla.

La acidez estomacal, GERD en sus siglas en inglés, es una de las molestias más frecuentes durante el embarazo. Suele aparecer durante el segundo y tercer trimestre y desaparecer en el momento del alumbramiento. De hecho, muchas de las mujeres que lo sufren aseguran que, tras el parto, ya no lo tienen. Los síntomas más habituales son una sensación constante de ardor en la garganta y pecho, no tiene peligro para la salud, pero sí que es bastante molesto. La buena noticia es que, cambiando ciertos hábitos en el estilo de vida y en la alimentación, puede mejorar bastante.

¿Por qué ocurre durante el segundo y tercer trimestre?

Por lo general, es así. Aunque, en realidad, puede empezar en cualquier momento y, esto sí que te lo podemos confirmar, suele empeorar a lo largo del embarazo si no buscas un remedio.

La acidez estomacal aparece cuando el contenido del estómago asciende por el esófago. Algo frecuente en mujeres embarazadas, precisamente porque las hormonas que se liberan durante la gestación (sobre todo, la progesterona) hacen que la válvula del estómago se relaje tanto que no llega a cerrarse del todo. Esto permite que los ácidos del estómago suban por el esófago, lo que se conoce como reflujo gastroesofágico.

Los cambios hormonales se producen desde el principio, es cierto, pero si a esto le sumas que, al final del embarazo, el útero se expande por completo y presiona al estómago, ese posible reflujo aumenta su incidencia. Por tanto, aunque puede presentarse desde el primer día, lo normal es que las posibilidades de que los suframos aumenten con el avance del embarazo.

Consejos para evitar la acidez estomacal durante el embarazo

El tratamiento para las mujeres embarazadas que sufren acidez estomacal es idéntico al de otras personas, por lo que, para ayudarte a aliviar esa molestia. Así, para la Dra. Francisca Martín-Ocaña, médico digestivo del Hospital Vithas Xanit Internacional den Benalmádena (Málaga), en estos casos, como norma general, “es recomendable cambiar ciertas pautas de alimentación y vida, como evitar el consumo de comidas copiosas, reducir la ingesta de alimentos ricos en grasa, alcohol, especias o estimulantes, controlar el sobrepeso, no practicar deporte inmediatamente después de comer y, si se padecen síntomas nocturnos, es conveniente no acostarse hasta pasadas 2-3 horas de la comida. En estos casos, también puede resultar útil dormir sobre el lado izquierdo y con la cabecera elevada”. Si, además, cuentas con que estás embarazada, anota estos consejos:

  • Evita los alimentos cítricos, con muchas especias o picantes, además de los alimentos grasos (sobre todo, si son fritos). Y, mal que te pese, el chocolate tampoco juega mucho a tu favor. Sin embargo, prioriza los alimentos como frutas, verduras y legumbres, preferiblemente cocidas.
  • Olvídate de las bebidas con cafeína y gas.
  • Pero bebe mucha agua durante el embarazo. La hidratación es fundamental.
  • Haz pequeñas ingestas a lo largo del día, aunque sean mucho más numerosas, y come siempre despacio.
  • No comes dentro de las tres horas previas a irte a la cama. Dejarás que tu organismo haga la digestión por completo antes de descansar.
  • Si aún así, aparecen las molestias, intenta dormir con la parte superior del torso algo elevada.
  • Además, intenta utilizar ropa holgada y cómoda, evitando la presión en el estómago, para que los jugos gástricos no asciendan.

Si aún así, las molestias no desaparecen, siempre puedes hablar con tu médico para que receta algo que alivie tu acidez estomacal. Existen fármacos que podrían ayudarte y no están contraindicados. Como afirma la Dra. Martín-Ocaña, “en general, para el abordaje inicial disponemos de una serie de fármacos (inhibidores de la producción de ácido y neutralizadores del mismo) que se emplean solos o combinados en función de la frecuencia e intensidad de la sintomatología”. Pero, siempre, has de consultar a tu médico.