Una de las peculiaridades de Inés es que es una diseñadora que, desde sus inicios, apuesta por la moda nupcial sostenible. Por eso no es extraño que recurra a tejidos vintage o incluso telas que, en otra vida, formaron parte de algo que poco tiene que ver con los vestidos de novia. "Inés aprovechó que un día estaba en Madrid, ya que ella trabaja entre Madrid y Murcia, para decirme que tenía una tela que enseñarme y allí que fui. Me explicó que era un mantel antiguo bordado que había encontrado en un anticuario pero que lo podíamos combinar en el bajo o en la cola para darle un aire aún más romántico al vestido. La idea de llevar un tejido único y de darle una segunda vida me encantó, así que me dejé llevar y el resultado final no me pudo gustar más", nos cuenta la novia.
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