La historia de Mónica, la novia del vestido con cola brocada que se casó en El Escorial

Mónica y Salva se conocieron hace cinco años a través de Instagram y sintieron un auténtico flechazo de película. Desde entonces, no se han separado.

Mónica, periodista con experiencia en el sector de la moda, tenía claro que quería un look nupcial elegante y atemporal, pero que tuviera algo diferente.

La diseñadora escogida fue Cristina, de Valenzuela Atelier, quien ideó un vestido desmontable en el que la capa brocada acaparaba todas las miradas.

Aportó una nota de color gracias a los complementos, como sus zapatos de terciopelo burdeos de Flor de Asoka o los pendientes de brillantes y piedras de Viviana Medina en el mismo tono.

El ramo también combinaba tonos blancos, verdes y burdeos, y estaba rematado con una cinta de terciopelo con una medalla de la Virgen del Pilar en homenaje a su abuela.

Recogió su melena en una coleta baja ondulada y apostó por un maquillaje que realzaba su mirada con un ahumado muy otoñal.

En cuanto a la decoración, aportaron un aire mágico gracias a las guirnaldas de microluces de Luces de Cuento y a las flores a juego con el ramo.

Las chicas de Marta Azpeitia se encargaron de crear un seating plan compuesto a base de pequeñas coronas de Navidad que algunos invitados se llevaron posteriormente a casa.

Tres meses después de su enlace, Mónica recuerda con especial cariño el momento de entrar en la iglesia del brazo de su padre y ver la emoción de Salva al verla.

Siguiendo una de las tendencias en auge en el sector nupcial, la pareja llegó en un coche clásico, de Boco Company.