"Casarnos en el castillo de la Monclova fue un gran acierto, aparte de ser un lugar privilegiado tienes todas las opciones para celebrar un evento ya sea fuera o dentro, haga frío o muchísimo calor. Y, como noviembre es un mes complicado, necesitábamos estar en un lugar que pudiera atender a todas las necesidades climáticas que surgieran ese día. Finalmente decidimos hacer el aperitivo fuera, frente al castillo, la comida en los salones de los tapices y la fiesta en el antiguo molino. El lugar encantó a nuestros invitados, sobre todo a los que venían de México.
Durante la comida fue la entrega de ramos, di cuatro ramos. Uno a mi amiga Araceli, amiga del 'cole' y hasta la fecha una de mis mejores amigas; otro a Inés, llegamos la misma semana a México y nos conocimos por casualidad, pero a partir de ahí nos convertimos en 'Zipi y Zape'. Otro a Macarena, una de mis mejores amigas de la universidad y ahora es como una hermana; y el último a Beatriz, mi amiga de toda la vida que espero que le dé suerte y se case ¡¡muy pronto!!".