"El ramo estaba compuesto por mi flor favorita, peonías rosas con eucalipto, de mi ramo debo contar una anécdota preciosa. Tenía claro que no repartiría ramos en la boda, pero la comida estaba llegando a su fin, y sentí la enorme necesidad de repartir el mío… Pedí que me lo dividieran en cuatro ramos, y que me acercaran el micrófono e improvisé con el corazón. Esos cuatro ramos tenían nombre. Uno para mi abuela, que estaba allí conmigo, feliz y emocionada. Pero desgraciadamente, hace poco perdimos a la abuelita de Antonio, y no pudo acompañarnos en nuestro día, entonces esos tres ramos eran para sus tres hijas. Fue un momento muy emotivo en el cual dedicamos una palabra para todas esas personas mayores que tanto han sufrido en la pandemia y resaltamos la importancia de los abuelos en nuestra educación y en nuestros valores".
- Ramos de novia silvestres o la tendencia que nunca pasa de moda