En medio de una situación sanitaria poco común, que un amigo avise de que en el horizonte suenan campanas de boda, es toda una alegría. Un compromiso, dadas las circunstancias, es una celebración del amor (más o menos íntima) que reúne a familiares y allegados por una bonita causa. Es costumbre, cuando se nos invita a un enlace, obsequiar a los novios con un detalle que puede ser desde el clásico abono del cubierto (de una forma elegante), hasta una gran sorpresa, pasando por aquello que ellos mismos han incluido en su lista de deseos, como las alianzas o la cristalería. Ahora también es posible encontrar la wish list en versión digital, mediante webs hechas a medida para la ocasión y es fácil acertar con ello. Sin embargo, el desembolso supone, a veces, un quebradero de cabeza y una complicación para el bolsillo, pero es posible hacer regalos, personales o conjuntos, muy bonitos y asequibles al mismo tiempo.
En la imagen, un jarrón artesanal y minimalista realizado en vidrio transparente 100% reciclado. Es el modelo Brenna, de Kave Home (39€).
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