Hablar de la historia de Fátima y Rubén es hacerlo de kilómetros. Se conocieron en octubre de 2014 cuando ambos disfrutaban de un viaje por Praga, Viena y Budapest. Ella iba con su madre, él con un amigo. “Al ser un viaje organizado, pasamos muchas horas juntos y sin buscarlo ni tan siquiera darnos cuenta surgió el amor. Nos separaban cientos de kilómetros en nuestro día a día, pues Rubén es madrileño y yo de Santiago de Compostela, pero recuerdo la última noche de ese viaje, en Viena, nos hicimos la promesa de volver a vernos, de seguir conociéndonos, y así fue”.