El velo en España
Más allá de la influencia del velo o la mantilla en otras culturas, en España se han convertido en un accesorio de importancia, al que no todas las novias tienen acceso. ¿Cuándo comenzó a utilizarse en nuestro país? “En España el uso de la mantilla se remonta en el tiempo a los pueblos íberos (a famosa Dama de Elche), pero fue en el siglo XIX cuando la mantilla adquirió relevancia como tocado distinguido de la mujer española”, expone Carmina Pairet, alma máter de L’Arca Barcelona. Y continúa: “Destacamos el papel de la Emperatriz María Eugenia de Montijo en popularizar las mantillas de encaje. Dice la leyenda que le dio la vuelta a los chales de encaje de Chantilly que se llevaban sobre las crinolinas y lo usó de mantilla de tres picos”. Así nació una tendencia que pervive hasta nuestros días.
A principios del siglo pasado, la tendencia, como explica Carmina, no apostaba por el blanco: “En las bodas en España se solía llevar vestido negro hasta bien entrado el siglo XX acompañado por un velo blanco o una mantilla negra y unas flores de flor de azahar de cera, (que a veces facilitaba el fotógrafo)”. Sin embargo, tiempo después y con la irrupción de la influencia parisina, “a partir de 1910, se ponen de moda los velos con encaje y el vestido blanco en las capas más adineradas de la sociedad", expone.
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