"Conocía los diseños de Inés y me encantaban. Además busca algo diferente en mi vestido de novia, ser parte del proceso y para esto ella era perfecta. Desde el primer momento sentí que entendía la idea que tenía en mente, y no era fácil porque no tenía la idea del vestido muy definida. Solamente dos cosas que eran imprescindibles, tenía que llevar capa (sabía la forma que quería que tuviera la capucha) y me quería casar con botas altas. A Inés cuando le dije la idea de las botas en la primera entrevista le sorprendió, ¡pero a la vez le encantó la idea!", nos explica la novia madrileña.