Marta, la novia sevillana que se hizo viral con su vestido '2 en 1'

Marta es una sevillana de corazón alegre, una de esas personas que piensa que la vida está para ser feliz y hacer felices a los que nos rodean. Por eso no sorprende que el día de su boda todo fueran sonrisas y alegría. Ella y Charly se dieron el 'sí, quiero' en Sevilla poco tiempo antes de que el gobierno español decretara el Estado de Alarma. "Gracias a Dios pudimos casarnos antes de todo el confinamiento, y aunque nos quedamos sin viaje de novios, podremos hacerlo en 2021", nos explica. Esta es su historia.

Para su gran día Marta confió en la diseñadora Inés Martín Alcalde. Nos explica que en su primera entrevista con la diseñadora le enseñó unas imágenes de una novia que le había gustado especialmente. Después Inés hizo todo lo demás. "Supo pillarme desde el principio, tanto que me habría casado directamente con el patrón de la primera prueba".

La sevillana nos explica que ella tenía claras pocas cosas antes de trabajar con la diseñadora. Sabía, por ejemplo, que no quería cambiarse de prenda, pero sí optar por un diseño '2 en 1', de los que evolucionan a lo largo de la celebración. También que quería ir de "novia, novia" e ir velada. ¿La propuesta de Inés? Combinar dos diseños perfectamente combinados y con efecto sorpresa.

"Inés diseñó el vestido entero. Confeccionaron un vestido en satén de seda, sin mangas y con escote pico. Por encima llevaba otro vestido de bambula tomada de seda con incrustaciones de encaje antiguo de manga larga y cuello cerrado. Inicialmente pensamos en poner un lazo grande, que están ahora muy de moda, pero con el encaje de las hombreras y el cuello finito no lo terminamos de ver y lo descartamos", nos explica Marta.

Y sí, también llevó velo. Un elegante tul de seda liso que, finalmente, sujetó con una pulsera. "Me hacía ilusión desde pequeña y no tendría otra ocasión en la que usarla así". Para el peinado se decantó por un elegante moño de bailarina, una sugerencia de su hermana. 

Marta y Charly se conocieron, como muchas parejas, en una discoteca de la noche madrileña que ambos frecuentaban. "En aquella época íbamos a la misma discoteca, sólo que él se quedaba en una zona y yo en otra. Esa noche, coincidimos en la puerta y una amiga nos presentó, y desde entonces él se enamoró de mí, aunque no lo reconoció hasta que llevábamos un año de novios…"

Tres años después decidieron dar el paso y casarse. "Charly y yo tuvimos una complicidad muy fuerte desde el primer momento, además de compartir los mismos valores, por lo que rápido nos dimos cuenta de que queríamos casarnos, pero la vida se nos complicó un poco y tardó hasta tres años en pedírmelo. Eso sí, fue el momento perfecto, porque todo lo malo sólo nos unió más. No siempre había soñado con la idea de casarme, pero sí con encontrar a la persona "perfecta" (para mí obviamente). Fue estando con Charly cuando vi claro que era mi vocación".

Se casaron en Sevilla, la ciudad de Marta, en la Iglesia de Santa María la Blanca. Después, para la comida, se desplazaron a un Club que se llama Pineda. "El coche en el que nos fuimos de la iglesia a Pineda –de Garaje Montecarlo–, era un regalo de un amigo de Charly, no lo vimos hasta ese día porque era sorpresa: un Sunbeam Alpine de 1967, un coche inglés que fue el primer coche Bond, nos lo trajo desde Madrid. Lo mejor fue que nos dejó un altavoz portátil con música ambientada", explica la novia.

"Queríamos que fuera una boda bonita y divertida, por ello, sabiendo que lo importante pasaba en la iglesia, luego quisimos disfrutarlo todo como si fuéramos otros invitados, porque todo lo que organizábamos lo hacíamos pensando en lo que nos divertiría y a nuestros invitados", cuenta Marta. ¿Uno de los detalles más divertidos? El seating plan. como homenaje al lugar en el que se habían conocido, una discoteca, eligieron los nombres de los sitios de moda en Madrid, Sevilla, Formentera, Ibiza, Marbella, Puerto de Santa María, Sierra Nevada, y Formigal para diferenciar las mesas.

Aquel día todo salió como habían imaginado gracias a la ayuda de sus familiares. "Se podría decir que conté con una wedding planner que fue mi hermana Blanca. Ella se encargó de cerrar algunos proveedores, los hoteles para nuestras familias (ambos tenemos familia de fuera de Sevilla), las atenciones para los invitados…". Además, como buena amante de las tendencias, recomendó que los centro de mesa estuvieran inspirados en naranjas. Los meseros, ideales, fueron un trabajo de Macsand.

"También conté con organizador de eventos que fue Charly. Él, junto con el DJ (Kike Verdeal de Play Music), convirtieron la carpa para las copas literalmente en una discoteca, con todo tipo de efectos visuales, luces y de sonido", relata la novia, a la que vemos en la foto ya solo con el vestido elaborado en satén de seda, sin mangas y con escote pico.

La sevillana nos asegura que lo más importante de aquel día fue Charly. "Suena muy cursi, pero es lo primero que me ha venido a la cabeza. Él sabía que yo estaría nerviosa (aunque estuve muy tranquila hasta que me tocó subir al coche), se preocupó en hacerme reír para tranquilizarme y recordarme que no tenía que estar pendiente de nadie más que de nosotros y del compromiso que estábamos adquiriendo".