Uno de los primeros pasos a seguir por los novios, tras la pedida de mano, es elegir el emplazamiento de la boda. Tomar esta decisión puede no ser sencilla, puesto que depende del número de invitados que los prometidos tengan en mente, el tipo de enlace que deseen, las condiciones climáticas esperadas para tal época del año y, especialmente, la disponibilidad de espacios para ese momento.
En puntos muy diferentes de la geografía española existen numerosas fincas dedicadas al sector nupcial, que destacan, no solo por su belleza, sino por contar con zonas ajardinadas y áreas al aire libre perfectas para disfrutar con buen tiempo o sin él, porque muchas cuentan con facilidades como carpas o superficies acristaladas para protegerse si el clima no acompaña. He aquí una selección de imprescindibles.
Torre de la Reina (Guillena, Sevilla)
La fascinante historia de esta histórica casa sevillana puede sorprender a los novios tanto como sus impresionantes jardines árabes. Este emplazamiento fue fortaleza califal de defensa de la capital andaluza, más tarde, campamento de la retaguardia del Rey Fernando III el Santo, durante el periodo de conquista de la ciudad en 1248 y, a finales del siglo XIII, propiedad de la Reina de Castilla, Doña María de Molina. Este último hito le dio nombre a la localización, que cuenta con salones interiores pensados para más de 600 personas y zonas exteriores para más de 1.000, perfectos para una boda que no pase desapercibida. En lo que respecta al menú para el gran día, catering de cabecera es Alfonso, empresa con más de 50 años de experiencia en el sector de los eventos premium.