El desfile de Jonathan Simkhai: inspiración para novias que huyen de lo convencional

No solo las pasarelas bridal son el mejor escaparate para tomar inspiración de cara a una futura boda. Las propuestas prêt-à-porter de los grandes diseñadores internacionales marcan las pautas de unas tendencias que, más tarde, se tomarán como referencia en los vestidos de novia. Desde el pasado jueves hasta el 14 de septiembre, se celebra en la Gran Manzana la New York Fashion Week, epicentro mundial de las tendencias primavera-verano 2019, donde moda e inspiración nupcial parece que se dan la mano. Es el caso de Jonatha Simkahi que, sin pretenderlo, propone una colección repleta de vestidos blancos que podría ser apta para las novias más irreverentes que quieran marcar la diferencia en el día de su boda.

Slip-dresses

El espíritu de Carolyn Bessette sigue presente y parece que los vestidos lenceros que seguirán siendo tendencia la próxima primavera para hacer las delicias de las novias más minimalistas. Jonathan Simkhai los propone con escotes de encaje y aberturas infinitas en las faldas para aportar movimiento al andar.

Efecto naked

El modisto neoyorkino recupera las semitransparencias para las novias más irreverentes.

Vestidos románticos

La colección para la próxima primavera no tiene un punto medio: en el extremo opuesto encontramos los diseños más recatados, con cuellos perkins y manga larga de encaje o ganchillo.

Sombreros, el nuevo objeto de deseo

Los sombreros cobran especial relevancia para posicionarse como el nuevo objeto de deseo de las novias actuales, desde que la modelo Emma Leth lo pusiera sobre el mapa en el día de su boda. Esta vez, Simkhai deja de lado las pamelas XL y apuesta fuerte por los sombreros de estilo Panamá, de rafia y en colores neutros.

Mangas abullonadas

En formato tres cuartos, off-the-shoulder o en versión larga, las mangas farol adquieren relevancia a base de texturas ligeras.

Efecto lencero y asimetrías

Las novias más modernas agradecerán unos cortes que se salen de los patrones convencionales. Para ello, los bustiers y corsés más propios de princios de siglo, se contrarrestan en un solo vestido con asimetrías en las faldas, creando un interesante juego de contrastes.

Guipur, encaje y botines

Las texturas más tradicionales de los vestidos de novia se conjugan con botines acordonados que parecen haber regresado de los felices años 20 para instalarse entre nosotras la próxima temporada.

Nuevos colores

En este caso, la gama cromática que va de los tonos neutros a los rosas pálidos. Y es que el color cada vez tiene más aceptación entre las novias de hoy en día.