Desde una sencilla coleta baja hasta un sofisticado moño italiano, el peinado de novia se ha convertido en un auténtico trabajo de artesanía, en el que se hace necesario invertir largas horas de ensayo y preparación. En perfecta sintonía con el traje de novia y el maquillaje, el peinado nupcial debe equilibrar a la perfección la figura, y enmarcar el rostro potenciando sus rasgos.
Por eso, al igual que sucede con los vestidos, las pasarelas nupciales marcan cada año los estilos más destacados de la temporada. Es el caso del clásico moño italiano, una de las opciones preferidas por las novias, que vuelve con fuerza tanto en su versión más clásica, tirante y marcado, con reminiscencias a las grandes estrellas de cine de los años 50, o más juvenil y desenfadado, con juegos de volúmenes, despeinados y ahuecados.
El cabello suelto sobre los hombros es otra de las grandes tendencias de esta temporada, especialmente si se combina con vestidos que dejan los hombros al descubierto. Este tipo de peinados aportan un toque muy femenino a la novia, y suelen ir acompañados de suaves ondas poco trabajadas y un flequillo tapando parte del rostro.
Las tiaras, diademas, cintas o turbantes son la apuesta más atrevida para las novias que quieran sentirse diferentes en ese día especial. Para las más tradicionales, en cambio, el clásico semirrecogido con adornos florales será todo un acierto a la hora de encaminarse hacia el altar.
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