Muselinas, tules de seda, gasas bordadas, chantillí, encajes, brocados... Los tejidos vaporosos definen el cuerpo de la novia romántica, que busca un vestido femenino, sensual y algo nostálgico. Los lazos y los fruncidos dan forma a una de las tendencias nupciales preferidas por las mujeres, que buscan destilar un aire dulce e inocente camino al altar. Un viaje al pasado que les transporte al corazón de los siglos XVIII y XIX, envueltas en algunos de los tejidos más exquisitos del mundo.
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