La salud y la estética son las dos motivaciones que suelen llevar a los padres a visitar al dentista con sus hijos. Desgraciadamente, más lo segundo que lo primero. Así lo confirman los datos del Consejo de Dentistas de España, que nos dicen que el 31% de los niños menores de 6 años tiene caries y si tienen menos de 3 años, el 75% de ellos ni siquiera ha pasado por un dentista. Las visitas a un especialista se dejan, por lo general, para más adelante y cuando los daños ya no pueden ser ni prevenidos ni revertidos tan fácilmente.
La mayoría de estos problemas comienzan desde bien pequeños, con el uso prolongado de los chupetes o tetinas, que pueden tener consecuencias fatales en el desarrollo del niño. Pero muchos tienen que ver, por ejemplo, con la propia alimentación (darle solo purés a un niño tampoco está bien en este sentido) o con haber iniciado una higiene bucal demasiado tarde. Y es que no hay que esperar a que se le caigan los dientes de leche para comenzar.
“Antes de los 6 años podemos corregir anomalías y evitar que el niño necesite, por ejemplo, aparato. Después de esta edad será mucho más complicado”, así lo advierte la odontóloga especializada en Rehabilitación Neuro-oclusal y Posturología, Eider Unamuno, en su libro Cuida los dientes de tu hijo (Amat Editorial). Con ella hemos querido hablar para que nos cuente cómo evitar que nuestro hijo termine por necesitar una ortodoncia o un aparato.