Hay diversas causas que pueden explicar por qué a determinados niños les cuesta más hacer amigos, aunque en el fondo siempre subyace una falta de habilidades sociales. El niño puede ser demasiado tímido o vergonzoso, inseguro, tener malos hábitos, comportarse de alguna manera que genere rechazo en los demás, ser agresivo, no tener empatía, mostrarse demasiado dominante...
Si descartamos trastornos neurológicos, de la conducta o alguna alteración mental que impida que el niño se relacione correctamente con sus iguales, lo más usual es que el pequeño no haya aprendido cómo hacerlo, cómo fomentar la amistad con otros.
“ Las habilidades sociales, comunicativas y relacionales son otras habilidades más, y se pueden aprender. Muchas veces, los niños no han aprendido conductas adecuadas para relacionarse. Hay niños tímidos, que no logran relacionarse porque no superan su retraimiento, hay niños que tienen miedo, ansiedad a las situaciones sociales. Otros quieren mandar siempre, o repiten conductas molestas para los demás, que provocan su rechazo”, explica Patricia Jover Morell, psicóloga infantil en el Centro de Psicología Estima, de Elche, y orientadora escolar en el Centro Lope de Vega de la misma localidad.
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