Cada día nacen en España 10 bebés con cardiopatías congénitas. Así, esta alteración es la malformación de nacimiento más común. Se estima que ocho de cada mil bebés nacen con defectos en su corazón. De ellos, un tercio necesitará ser intervenido quirurgicamente en el primer año de vida. Para dar a conocer esta realidad cada 14 de febrero se celebra el Día de las Cardiopatías Congénitas.
Las cardiopatías congénitas se producen durante el periodo fetal, cuando se está formando el corazón del bebé. Algunas son hereditarias y otras no, y hay de distinta gravedad. Suponen una alteración de la estructura del corazón que puede afectar a distintas partes como los tabiques, las válvulas o los vasos sanguíneos.
Las cardiopatías más leves se corrigen mediante cirugía o cateterismo o incluso pueden resolverse solas sin ninguna intervención, una vez que va creciendo el pequeño. Por su parte, las más graves requieren de cirugías y hospitalizaciones sucesivas y un pequeño porcentaje precisará de trasplante.
Entre las cardiopatías congénitas más frecuentes están la CIV (comunicación interventricular), CIA (comunicación interauricular), el ductus permeable, la estenosis pulmonar, la coartación aórtica y la tetralogía de Fallot.
"Las cardiopatías congénitas, sean más leves o más complejas, son una condición para toda la vida. En consecuencia, al tratarse de una patología crónica, los pacientes y sus familias tienen que aprender a convivir con ellas", destaca Amaya Sáez, directora de Menudos Corazones (www.menudoscorazones.org), una fundación que ayuda a los niños y a las familias con este problema.
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