Hablar de psicomotricidad y los juegos para potenciarla, es hacerlo sobre unas técnicas o métodos que ayudan a los niños a desarrollar sus aspectos motores (motricidad) y psicológicos (psico) en sus primeros años de vida. Dos aspectos que, según nos detalla la psicóloga Mª Ángeles Cremades, fundadora del Centro Aucouturier de Ayuda Psicomotriz y Psicología Infantil, y de Cefopp, Centro de Estudios y de Formación en Practica Psicomotriz, son indivisibles.
"Todos los aspectos que luego vamos a considerar psicológicos o psíquicos se van a desarrollar a partir de lo motor porque el niño, cuando viene al mundo, lo hace con un cuerpo, y lo que hace es conectar con el mundo que le rodea a través de él". Es decir, "a partir de sus sensaciones corporales con el entorno, se va a ir generando lo que será su psicología: las emociones, los aspectos cognitivos...".
La psicóloga nos explica que el desarrollo psicomotor "va a darse de uno u otro modo porque estamos preparados para ello". Sin embargo, si queremos que se lleve a cabo un desarrollo feliz y sano, lo más importante será que el niño establezca unas relaciones satisfactorias con su entorno. Y una parte de ello pasa por dominar tanto sus grandes movimientos corporales (lo que se conoce como psicomotricidad gruesa) como otras tareas más pequeñas en las que tienen que usar sus dedos o músculos faciales, como por ejemplo, pintar (psicomotricidad fina).
Os explicamos cuáles son los beneficios de la psicomotricidad, y os proponemos una serie de ejercicios sencillos para poner en práctica la psicomotricidad gruesa con los más pequeños en casa.