Lo primero: visita a tu ginecólogo
Si tras varios intentos no lo habéis logrado, lo más importante es que te pongas en contacto con tu ginecólogo para conocer cuál es el estado de fertilidad. La doctora Mancini señala que en caso de que haya algunos antecedentes familiares con infertilidad no hay de qué preocuparse, puesto que no siempre es hereditario.
El especialista procederá a realizar, por tanto, varias pruebas. La primera será tres días más tarde de que te haya llegado el periodo: una analítica para comprobar las hormonas FSH, la LH y el estradiol, que revelarán cuántos óvulos hay, y si están en un estado óptimo para el embarazo.
A esto se sumará un test de fertilidad, junto a una ecografía, para comprobar cuál es la capacidad reproductiva.
No obstante, si se detecta un problema de fertilidad, no tires la toalla, prueba a acudir a un centro especializado, donde te indicarán cuál es el mejor tratamiento para ti.
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