Mujer consulta preconcepcional con su médico.©AdobeStock

Embarazo

¿Quieres quedarte embarazada? Solicita una consulta preconcepcional

Quizás no hayas oído hablar nunca de ella y creas que tú no la necesitas, pero te explicamos en qué consiste y por qué está recomendada si estás buscando un embarazo.

La salud de una mujer durante el embarazo depende, en gran medida, de la salud que tenía antes de la propia gestación. Y no vale con beber más litros de agua, ponerse a practicar deporte sin sentido o dejar para siempre el café de por la mañana. Para hacerlo bien, no hay mejor recomendación que acudir a tu médico o a un experto y preguntarle. Es más, ellos mismos consideran la asistencia durante lo que llaman “el período preconcepcional” como una parte importante de control y asistencia prenatal. Pero, ¿sabes en qué consiste, cómo solicitarla y qué se evalúa en ella? El Dr. José AlbertoRodríguez León, de la Unidad de Obstetricia y Diagnóstico Prenatal en el Hospital QuirónSalud Madrid, además de aconsejarla, nos la explica punto por punto.

¿En qué consiste este tipo de consulta?

Una consulta preconcepcional es aquella que llevas a cabo con tu ginecólogo habitual y que tiene como finalidad “la identificación de condiciones sociales y médicas que puedan ser mejoradas antes de la concepción. Su objetivo es aumentar las posibilidades de un embarazo sin complicaciones y de tener un recién nacido sano”, nos cuenta el doctor.

La implantación de programas de atención sanitaria preconcepcional “ha demostrado que mejora los resultados perinatales”. Por tanto, es de gran importancia en aquellas mujeres que, por ejemplo, presentan “enfermedades de base o factores de riesgo para el embarazo”. Pero no solo para ellas, puede ser “muy útil también para aquellas mujeres que acuden espontáneamente a solicitar consejo antes de iniciar un embarazo”. En ese mismo momento, puede realizarse.

Además, el doctor apunta que “cada vez son más las mujeres que están intentando quedarse embarazadas y que acuden a consulta simplemente interesadas por aumentar toda la información que han recogido sobre la gestación”. Al iniciarla, se abordan tres aspectos:

  • La evaluación del riesgo preconcepcional.
  • Se ponen en marcha acciones educativas y promotoras de la salud.
  • Se valora la suplementación farmacológica.

Evaluación del riesgo preconcepcional

Es el primer paso dentro de una consulta preconcepcional en el que, como nos explica el doctor, se dan los siguientes pasos:

1. Apertura de la historia clínica: mediante un interrogatorio sobre los antecedentes patológicos, quirúrgicos del paciente, sus alergias, hábitos tóxicos y su historia reproductiva.

2. Se realiza una exploración general y ginecológica con pruebas complementarias, entre las que normalmente se incluyen: una analítica completa con grupo-RH y serología, además de aprovechar para realizar otras pruebas (si procede) para la detección precoz del cáncer de cuello de útero con una citología cervical y de cáncer de mama con una mamografía.

3. Estudio del caso concreto si la mujer tiene una enfermedad crónica previa, pues es el momento óptimo para iniciar esta asistencia de cara a un futuro embarazo:

  1. Primero, se estudia la enfermedad sin las limitaciones que impone el propio embarazo y se realizan e interpretan las pruebas diagnósticas que se consideren oportunas.
  2. A partir de ahí, “se sitúa a la mujer en las mejores condiciones de salud posible antes de iniciar la gestación y se selecciona el momento más adecuado para la concepción”, en consenso siempre con el médico especialista correspondiente.
  3. Por último, “se adoptan las medidas necesarias para proteger al feto frente a la exposición a fármacos y otras acciones diagnósticas o terapéuticas durante el período crítico de las primeras semanas del desarrollo”. Así, la mujer está completamente informada de los riesgos que supone el embarazo para la evolución de su enfermedad y al revés.

4. Evaluación de los antecedentes reproductivos: debe hacerse hincapié en antecedentes de parto pretérmino, aborto o muerte fetal intrauterina. En este caso, “se evaluarán las causas, se modificarán hábitos de riesgo (como el consumo de tabaco) y se planificará un control específico por posible recurrencia”. En el caso de cesárea, por ejemplo, se recomienda esperar hasta pasados los primeros 18 meses.

5. Valorar si es necesario o no un estudio genético: en caso de una historia familiar que así lo aconseje o la existencia de hijos con alteraciones genéticas y cromosómicas, malformaciones o enfermedades metabólicas, neurológicas (como una distrofia muscular), retraso mental o fibrosis quística, por ejemplo, se valorará un posible estudio genético.

Acciones educativas y promotoras de la salud

En este segundo punto de las consultas preconcepcionales, ya no nos fijamos tanto en el caso concreto en sí, sino que “se promueve un estilo de vida saludable, se aporta información y se dan medidas de apoyo”. Es decir, las indicaciones que se dan en este segundo punto son de aplicación general a todas las mujeres y parejas que busquen un embarazo, más allá de sus circunstancias personales:

  • Se recomienda un ejercicio físico moderado. Tanto en las mujeres como en los hombres, el sedentarismo se asocia a mayores tasas de infertilidad. Por eso, si se practica deporte se mantendrá la recomendación de seguir haciéndolo y, si no, se recomendará unos hábitos más activos. En el caso del Síndrome del Ovario Poliquístico (SOP) los ratios mejoran con un ejercicio aeróbico moderado. Así, se puede recomendar, por ejemplo, salir a caminar tres veces por semana.
  • Se recomienda también la pérdida de peso si existe obesidad o sobrepeso, ya que, en estos casos, se disminuye la tasa de fertilidad y se tarda mucho más en concebir. Además, existe un mayor porcentaje de abortos espontáneos en comparación con aquellas mujeres que tienen un peso normal. Si no es tu caso, “se te recomendará mantener una alimentación sana, equilibrada y variada”.
  • Se aconseja siempre el abandono del tabaco, tanto por parte de la mujer como por parte de su pareja y se les informa de las medidas de apoyo que existen para conseguirlo. Al fumar, parte del oxígeno de la sangre es reemplazado por monóxido de carbono. Si la futura madre continúa fumando, su sangre y la del feto tendrán un nivel de oxígeno por debajo del normal. En el caso del hombre, la nicotina y algunos tóxicos del tabaco origina fragmentación en el ADN del espermatozoide, impidiendo la concepción.
  • Y se desaconseja también el consumo de alcohol durante el periodo preconcepcional, además de durante el embarazo. Si la futura madre consume alcohol de manera regular, esto puede alterar la regulación hormonal y, por tanto, al ciclo ovárico; además de relacionarse con una mayor tasa de aborto y un peor pronóstico perinatal. En el caso del hombre, el consumo de alcohol puede disminuir tanto la cantidad de semen como el número de espermatozoides presentes en él.

Suplementación farmacológica

Por último, valorado todo lo anterior, tanto el primer punto como el segundo que hemos visto, se recomendará una suplementación farmacológica que atiende a factores generales o específicos de la mujer. Así: