Uno de cada cuatro jóvenes en España tiene sobrepeso u obesidad. Es el dato preocupante que arroja el último estudio de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), que ha examinado la evolución de la enfermedad entre este grupo de población.

En la investigación se ha puesto de manifiesto la decisiva influencia que tiene el estado de los progenitores en el perfil de los jóvenes con sobrepeso u obesidad.

Un entorno con exceso de peso

En el estudio de SEEDO queda constatado que más de uno de cada tres jóvenes con sobrepeso u obesidad afirman que su padre o su madre también tiene exceso de peso.

Pero este ambiente se amplía también al círculo social. Así, los jóvenes con obesidad o sobrepeso tienen más amigos con esta condición y se emparejan, más que la media, con personas con problemas de peso. En cifras, el 63,4% de los jóvenes con exceso de peso tiene amigos en esa circunstancia (13 puntos porcentuales más que el conjunto de la juventud). También es más frecuente que sus parejas tengan sobrepeso u obesidad (21,9%, frente al 12% de la población sin sobrepeso).

Vivir la juventud con sobrepeso

Además de la posible influencia genética familiar, el exceso de peso está muy condicionado por hábitos insanos como la falta de ejercicio, una alimentación desequilibrada y el abuso de picoteos provocados por la ansiedad.

Seis de cada diez jóvenes consume a diario comida procesada, apenas un 16% realiza actividad física a diario (uno de cada cuatro no practica nunca) y cuatro de cada diez reconocen una vida sedentaria en la que las pantallas ocupan más de seis horas cada jornada. La falta de calidad del sueño también tiene un papel destacado y en el estudio se aprecia cómo dormir menos de seis horas es más frecuente entre chicos con sobrepeso u obesidad.

Pero ¿cómo les influye la obesidad y el sobrepeso en su día a día? Casi el 90% de los chicos con este problema reconocen que este condiciona sus vidas, les acompleja y les hace sentir el rechazo del entorno. Por tanto, no solo afecta a su salud sino también a su estabilidad emocional.

¿Cómo perciben los jóvenes el problema?

La adolescencia es un momento clave en la vida, también en lo que respecta al peso. La mayoría de los que tienen sobrepeso u obesidad comenzaron a engordar siendo adolescentes.

La Sociedad Española de Obesidad ha constatado cómo los jóvenes con este problema, a diferencia de lo que pasaba hace unos años, ya sí son capaces de identificarlo como una enfermedad.

Por eso, a más de la mitad les gustaría estar más delgado. Siete de cada diez jóvenes han intentado perder peso, porcentaje que se eleva a nueve de cada diez entre los que tienen problemas con la báscula.

El hándicap es que no suelen contar con ayuda profesional para redirigir sus hábitos de salud, “lo cual es una imprudencia y, casi siempre, supone una garantía de fracaso”, indica el Dr. Francisco Tinahones, presidente de SEEDO.

La mayoría intenta adelgazar por su cuenta (solo un 14,8% ha acudido a un médico con este propósito) y la mitad ha seguido una dieta por Internet.

Verse gordo estando delgado

Pero el trabajo de SEEDO también ha puesto de manifiesto el problema contrario, y es que un 7,9% de los encuestados tiene un índice de masa corporal (IMC) insuficiente.

Si la obesidad alcanza su punto máximo entre los 25 y los 30 años, la insuficiencia de peso lo hace en sentido contrario y es más prevalente en el grupo de edad de 16 a 19 años, donde un 12,8% de los adolescentes tienen un peso inadecuado por bajo.

“Ser hombre o mujer no influye en el IMC medio; sin embargo, la falta de peso es más frecuente entre las mujeres; un 11,6% de las mujeres frente a un 4,4% de los hombres jóvenes tienen un IMC insuficiente”, recalca el Dr. Tinahones.

Es significativo que entre estos chicos con peso insuficiente, un 13,9% muestren su deseo de perder peso y cuatro de cada diez han intentado adelgazar más de una vez.

Todo ello lleva a afirmar a la Sociedad Española de Obesidad que los hábitos de vida y salud de los jóvenes que viven en España son claramente mejorables, especialmente entre los varones, que muestran un peor comportamiento en lo que se refiere al peso y la nutrición adecuados.

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