Mujer embarazada practicando yoga en el suelo en casa.©AdobeStock

Embarazo

Estos son los beneficios de practicar yoga si estás embarazada

Ayuda a prevenir posibles dolores de espalda, a respirar correctamente en los últimos días y fomentar, por ejemplo, la motilidad intestinal y fortalecer el equilibrio

Entre los beneficios del yoga, si preguntamos a cualquier iniciado en esta práctica, seguramente nos diga que es perfecta para encontrar (o, al menos, buscar) el equilibrio entre el cuerpo y la mente. Sin embargo, esta actividad proporciona multitud de mejoras tangibles a todos los niveles, incluso si estás embarazada. La práctica debe ser moderada, pero es una buena manera de mejorar o mantener tu actividad física diaria.

El ejercicio físico durante la gestación es, salvo que por recomendación médica se nos diga lo contrario, un hábito necesario y debe convertirse en rutina diaria para conseguir mantener un embarazo saludable. La alimentación es una de las claves, pero mantenerte activa también. El yoga es una de las prácticas adecuadas, siempre que tengas en cuenta algunas recomendaciones específicas, como evitar movimientos bruscos, no permanecer demasiado tiempo recostada sobre el abdomen (sobrepasado ya el primer trimestre), beber agua durante la práctica para no deshidratarte o poner especial atención en las posturas que te invitan a mantener el equilibrio.

Para convencerte de que puedes practicar yoga sin riesgo, hemos hablado con Susanne Haegele, experta en esta disciplina, que acaba de publicar su libro Hormonas en Armonía, y que nos cuenta los grandes beneficios que puede tener el yoga durante el embarazo, en qué debemos fijarnos para practicarlo bien y las posibles contraindicaciones.

¿Es realmente beneficioso practicar yoga si estás embarazada?

Si, una clase de yoga prenatal específica tiene varios beneficios para la mujer embarazada. Moverse a menudo, pero sin excesos, ayuda a fomentar la motilidad intestinal (muchas mujeres embarazadas tienen problemas con esto y está relacionado con las hormonas). También contribuye a prevenir el dolor de espalda (debido al peso del bebé), las contracciones musculares en las piernas, los desequilibrios en la pelvis y a mantener un buen sentido del equilibrio (al cambiar la morfología, muchas mujeres tienen problemas de equilibrio).

Además, muchas mujeres sufren de estrés y de ansiedad durante el embarazo. Las técnicas del yoga ayudan también a relajarse. Y, por llegar a todo, simplemente estar en un grupo con otras mujeres embarazadas es ya de por sí, muy beneficioso. Además, yo he visto cómo se crean grupos de amigas que se apoyan y siguen en contacto después del parto.

¿Nos puede ayudar frente a dolores específicos de espalda o problemas asociados al embarazo?

Sí, como te decía, son muchos los temas específicos del embarazo con los cuales el yoga puede ayudar: estreñimiento, ansiedad, rabia… además, los músculos y ligamentos del vientre se estiran. La hormona relaxina prepara la pelvis para el paso del bebé durante el nacimiento, pero hace que otras articulaciones (como muñecas, rodillas y tobillos) se vuelvan al mismo tiempo inestables.

La espalda y las piernas han de acostumbrarse a llevar una carga más pesada y por falta de magnesio, muchas veces empiezan a doler, sobre todo, de noche. La respiración muchas veces sufre en la fase en la cual el bebé está todavía bastante arriba y hay menos espacio para los pulmones. Las técnicas de respiración del yoga son muy útiles en estos casos.

Mujer embarazada sentada practicando yoga.©AdobeStock

¿Y es recomendable su práctica durante todo el proceso de embarazo?

Realmente la práctica no es la misma en las primeras 12 semanas, en el segundo trimestre y en el último. En la escuela donde me formé, Birthlight, aceptamos mujeres en clases de grupo después de doce semanas de embarazo. Pero en las clases particulares se puede practicar desde el principio, según la situación de cada mujer.

Algunas necesitan descansar mucho para favorecer la buena implantación del bebé. Otras pueden seguir más o menos con la práctica de yoga o de deporte que tenían antes, pero con modificaciones. Una vez integrada en una clase de grupo de yoga prenatal, se puede seguir practicando hasta que llegue el parto, aunque el enfoque es diferente:

  • En el segundo trimestre, el enfoque trata de mantener fuerzas y movilidad, disfrutar de estar embarazada y mantener un nivel de fitness adecuado.
  • En el tercer trimestre, las mujeres muchas veces están cansadas porque duermen mal, por lo que nos debemos enfocar en la relajación, en las posturas y respiraciones específicas de preparación al parto.

¿Existen contraindicaciones?

No hay contraindicaciones si se practica con una profesora de yoga prenatal experimentada y se siguen las indicaciones específicas para el proceso de gestación. Pero sí que hay contraindicaciones si vas a una clase de yoga normal, es decir, no para embarazadas, sobre todo, si la profesora no sabe cómo adaptar las posturas para ti. Por ejemplo:

  • Está claro que todas las posiciones tumbadas boca abajo no son posibles, pero muchas se pueden hacer modificadas, a gatas.
  • Las torsiones solo se pueden hacer abiertas, o sea, no en dirección de la pierna doblada, para dejar espacio al bebé.
  • También está contraindicado separar demasiado las piernas y crear desequilibrios en la pelvis, lo que puede crear dolores fuertes para una mujer embarazada.
  • No hay que retener nunca la respiración, ni hacer ciertos tipos de respiraciones como el kapalabhati o nauli.
  • En una clase específica de yoga prenatal, la sola contraindicación es ponerse en cuclillas si tienes la placenta baja del bebé (placenta previa). Para las demás mujeres es muy beneficioso ponerse en cuclillas, de hecho es una posición de parto, pero no en caso de placenta previa.

Entonces, ¿podríamos decir que es recomendable como posible curso o técnicas preparación para el parto?

Sí, un curso de yoga específico prepara el cuerpo para dar a luz. Aún mejor, incluso, si es un curso dirigido solo a mujeres en el tercer trimestre, o un taller de preparación al parto como los que yo daba en Londres. Lógicamente se tiene que ir a la preparación específica ofrecida por el hospital, pero el yoga es un complemento fantástico.

Para un parto natural, es importante fortalecer las piernas y aprender a utilizar la respiración. También hay varios movimientos específicos que ayudan a crear espacio en la pelvis y a ayudar al bebé a bajar. Muchas mujeres han tenido partos más agradables gracias a su práctica de yoga. Esto beneficia también directamente al bebé.

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