Madonna no ha podido, o no ha querido, borrar esta semana la sonrisa de su rostro. Tras celebrar su 55 cumpleaños el pasado fin de semana con una fiesta en la que la reina del pop decidió emular a María Antonieta enfundándose un peculiar disfraz que no dejo indiferente a ninguno de sus invitados, entre los que se encontraba su novio, el bailarín Brahim Zaibat y el modelo español Jon Kortajarena, la cantante ha retomado su agenda, esta vez para supervisar los preparativos de la apertura de su cadena de gimnasios de lujo, 'Hardcandy Fitness' en Roma.
Excéntrica, llamativa e incluso políticamente incorrecta, Madonna ha vuelto a hacerlo, ha vuelto a dejar boquiabiertos a sus fans. La cantante ha sido una de las últimas celebrities en unirse a la moda de lucir fundas de oro y diamantes en los dientes, o lo que es lo mismo a la tendencia conocida como 'Grilzz', a la que ya se han apuntado cantantes como Rihanna, Justin Bieber, Chris Brown, Kanye West o Miley Cyrus.
Enfundada en un mini-vestido negro a conjunto con sus medias y sus ya característicos guantes de cuero, Madonna se preocupó mucho de que se vieran bien sus dientes mientras visitaba las obras de su nuevo gimnasio, el que estará muy cerca del Coliseo romano y que ocupará un antiguo cine de tres pisos y 13.000 metros cuadrados.
La cantante de Like a Virgin fue recibida por una gran multitud de fans que postrados a las puertas del futuro gimnasio no quisieron perderse la oportunidad de tener una fotografía de la reina del pop, quien ha sido la encargada personalmente de seleccionar al personal del gimnasio y anunciar la apertura oficial del centro.
Su cadena de gimnasios está presente en la Ciudad de México, Moscú, San Petersburgo y Sydney. Además de Roma, la cantante tiene previsto abrir otro establecimiento en Toronto, Canadá.
