Jennifer López, un torbellino de luces, bailes y sensualidad que arrasa en Madrid

Entre sus fieles seguidores se encontraban Elena Tablada, María José Suárez o Arancha de Benito

Por hola.com

Pese a los malintencionados rumores de cancelación de los días previos, Jennifer López llegó ayer por fin a Madrid para ofrecer su primer concierto en España, tan explosivo y sinuoso como las curvas de esta estadounidense que, pasados los 40, vive una segunda era de plenitud.

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Nadie quería perdérselo y a pesar de haber sido retrasado por el clásico Real Madrid- FC Barcelona una hora, sus incondicionales prefirieron ver mover a Jennifer López sus caderas antes que quedarse frente al televisor viendo el partido.

Un partido al que la cantante hizo un guiño antes de comenzar su espectáculo, pues horas antes de dejar con la boca abierta a su público, Jennifer López se dejo ver en compañía de Casper y sus mellizos, Max y Emme, luciendo una camiseta del Real Madrid personalizada, con su nombre y el dorsal 24. Los pequeños no fueron menos y también se enfundaron la camiseta del club blanco durante su visita a la capital.



Han hecho falta trece años para que la bailarina metida a actriz de éxito y después a cantante de superventas, amén de productora, empresaria, diseñadora de moda y jurado de televisión, trajera a Madrid un espectáculo que han presenciado casi 18.000 personas, entre ellas algunos de nuestros rostros conocidos, como Arancha de Benito, nuestra blogger María José Suárez acompañada de su amiga y socia Raquel Rodríguez, Elena Tablada quien se unió a ellas y Mónica Hoyos, quien acudió acompañada por su hija.

 

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Entrada en mano y muy sonrientes, todas ellas eligieron unos vestuarios muy cómodos, pues tenían claro que Jennifer López les pondría a bailar y así fue. La intérprete de Let's Get Loud ha recalado en el Palacio de los Deportes en uno de los momentos más brillantes de su carrera, tras la edición en 2011 de su disco Love?, con el que resurgió gracias a una actuación discotequera de la lambada (On The Floor).

Aquí ha llegado aprovechando su último lanzamiento, colofón de su etapa en Sony, Dance Again... The Hits, en el que recopila todos los aciertos desde su debut musical en 1999, protagonistas de la hora y media de duración de su cita madrileña, en la que suena hip hop, funk, la herencia latina de sus raíces puertorriqueñas, pop y finalmente dance.

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Con constancia y ojo clínico, López ha sobrevivido en un mercado colapsado de divas blindando su espacio y su famoso palmito, que mueve con desparpajo neoyorquino al ritmo de cortes urbanos tan impecablemente producidos como Get Right, con el que ha arrancado el show enfundada en un ceñidísimo mono con brillantes que le sentaba mejor que bien.

Con media hora de retraso, Jennifer López apareció en el escenario soltando todo el arsenal: seis músicos, dos coristas, plumas, lentejuelas, ventiladores, melenón al viento, cañones de luz, una escenografía de revista y una decena de bailarines olímpicos que se revolvían al grito de "Madrid, let's get loud!" (¡Madrid, vamos a hacer ruido!).

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"¿Cómo están todos? Mi español no está muy bueno, pero gracias por estar aquí esta noche", gritaba entre aplausos tras Love Don't Cost a Thing y antes de retomar el vibrante pulso inicial del show con I'm Into You y Waiting For Tonight, entre láseres verdes y contorsiones.

El cabaret da paso a un ring de boxeo y la diva vence al primer asalto con Going In, antes de salir a las calles de su Bronx natal y respirar los ritmos ondulantes del popurrí hip hop formado, entre otros, por I'm Real y Jenny From The Block.

Pero… ¿Dónde esta su novio? De momento el bailarín se resiste y a mitad del concierto tan solo se deja ver en un vídeo de transición bajo los sones de la balada Baby I Love U, interrumpido abruptamente para dar paso al tramo soul y funk con Hold It Don't Drop It y a otra parte de cadencias más "suavecitas" y románticas en la que no dejó de moverse ni un solo segundo.

"Yo tengo muchas historias de amor",
ha señalado con humor tras tres matrimonios fallidos la que además fue pareja del rapero P. Diddy, el actor Ben Affleck y el cantante Mark Anthony, con quien tuvo dos gemelos, de los que presume en la balada Until It Beats No More.

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Eso ha sido después de presentarse envuelta en gasas en la versión acústica de If You Had My Love y en el tema central de Selena, la película sobre la vida de esa malograda estrella latina que ella protagonizó y que le despertó el gusanillo musical.

Entregada por completo y desarrollando sus coreografías con total perfección sin descuidar su voz, Jennifer siguió haciendo ruido, esta vez para Let's Get Loud, que el público ha jaleado al grito de "¡esa Jennie, esa Jennie!".

El concierto comienza a llegar a su fin y Jennifer ataca con Papi y On The Floor al más puro estilo reina de la noche (con capa, trono, cetro y el rap en pantalla de Pitbull), que dejan al público extasiado y mirando sin parpadear al escenario, en el por fin aparece Casper para interpretar junto a su chica Dance Again. Un espectáculo corto pero intenso que ojala se volviera a repetir en un breve espacio de tiempo.