Tras la denuncia presentada por la familia Morente, los médicos que trataron al cantaor acuden a declarar

Javier Conde, marido de Estrella Morente, fue a los juzgados madrileños de Plaza Castilla en representación de la familia

Por hola.com

El torero Javier Conde, marido de Estrella Morente, ha acudido esta mañana a los juzgados de Plaza Castilla de Madrid donde declaraban como imputados los miembros del equipo médico que atendieron al cantaor Enrique Morente, fallecido el pasado 13 de diciembre. El diestro acudió en representación de la familia del artista, que denunció a los facultativos por una supuesta negligencia médica. El juez ha tomado declaración al cirujano Enrique Moreno y a varios miembros más del equipo de la clínica La Luz, de Madrid, que intervinieron al cantaor. Esta semana continuarán las declaraciones y será entonces, concluidas las diligencias previas, cuando el juez decida si les absuelve o sigue adelante con la causa.

A las puertas del juzgado, Javier Conde explicó que piden justicia y que espera que no le ocurra esto a nadie más: “Lo único que queremos es la verdad y que no le suceda a nadie nunca más. Hay tantas evidencias, cuando se pueda saber verdaderamente... se saben muchas cosas y es una barbaridad lo que ha sucedido". Alfonso Iglesias, abogado de la familia Morente, aclaró que de los resultados de la autopsia se desprende que, tras la primera operación en la que le fue extirpado un cáncer de esófago con metástasis linfáticas, en el posoperatorio pudo producirse cierta negligencia. "El pronóstico vital no era malo tras la cirugía. De hecho, Morente recuperó el conocimiento y todo parecía ir bien hasta que empezó a quejarse de molestias, provocadas por una hemorragia que tardó horas en detectarse y que motivó la segunda intervención quirúrgica, en la que el cantaor sufrió una parada cardiaca que ocasionó daños cerebrales irreversibles".

Enrique Morente falleció a los 67 años el pasado 13 de diciembre debido a las complicaciones surgidas después de una operación de úlcera a la que fue sometido el día 4 de diciembre, operación tras la cual empeoró lo que provocó que se le tuviera que someter a otra intervención dos días después. La familia presentó una denuncia por presunta negligencia contra el equipo médico y después de hacerse pública la autopsia emitió un comunicado en el que reiteraban que su fallecimiento se debió a una “grave negligencia médica”, a causa de una parada cardíaca cuando estaba siendo intervenido por segunda vez y después de "horas perdiendo sangre". "Es hora de decir ya, con el aval de la autopsia, que Enrique Morente murió desangrado", explicaba la familia en el documento.