Kylie Minogue tiene muchos motivos para ampliar, más si cabe, su ya de por sí risueña sonrisa. La cantante volcada en su gira mundial Aphrodite celebra estos días el increíble éxito que su show tiene allá por donde pasa. Su última parada ha sido Milán donde ha conquistado al público con su montaje, que incluye diseños de Dolce & Gabbana y una escenografía con una enorme concha de la que sale convertida en una Venus griega. Los modistos, amigos de la artista, están encantados con esta colaboración por lo que, después del concierto, dieron una fiesta para celebrar la acogida del espectáculo.
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“Kylie siempre ha sido nuestra Piccola principesca (pequeña princesa), no sólo por nuestro trabajo juntos sino por nuestra amistad. Trabajar con ella siempre ha sido muy fácil y espontáneo. Nos ha dado carta blanca para crear porque confía en que sepamos exactamente lo que le gusta” dijeron. Ellos ejercieron de anfitriones pero los auténticos protagonistas de la velada llegaron juntos. Andrés Velencoso, todo un caballero, abrió la puerta del vehículo a su novia que, vestida de negro, posó a la entrada del local.
La pareja, que acaba de celebrar su segundo aniversario, atraviesa uno de sus mejores momentos, tal y como se deduce de las recientes declaraciones de Kylie en Australia. Allí aseguró que no descartan el matrimonio, “podría ocurrir, ¡quién sabe!”, ni los niños, “Andrés es muy niñero. Tendremos que ver, no sé si formarán parte de mi futuro”. El hecho de plantearse estas cuestiones deja claro que su noviazgo goza de una salud excelente, pese a que pasan bastante tiempo separados por motivos de trabajo.
En la misma entrevista, la artista se emocionó, llegando a llorar incluso, recordando su lucha contra el cáncer de mama, que superó hace ya cinco años. En esa pelea destacó que su familia había sido muy importante, clave en los momentos más complicados. El próximo sábado 12 la australiana recalará en Barcelona con su gira así que sus seguidores españoles tendrán la oportunidad de bailar a su ritmo.
