Por una vez, los focos no se fijaron en Céline Dion sino en su marido, René Angélil. Era él quien recibía una condecoración que reconoce sus raíces canadienses, la Orden de Quebec, la misma que en su día, hace más de diez años, en 1998, homenajeó también a la cantante. Angélil describió con palabras sencillas sus sentimentos: “Es un gran honor. Estoy emocionado y muy orgulloso de ser de aquí”. Junto al representante de la artista, la leyenda del hockey Mario Lemieux y el antiguo miembro del Tribunal Supremo de Canadá, Louise Arbour, también fueron nombrados miembros de la Orden.
Puesto que en esta ocasión el protagonista era su marido, Céline se mantuvo en un discreto segundo plano sin querer hacer declaraciones. Sí que posó de buena gana junto al hombre con el que comenzó su carrera artística, padre de su hijo de ocho años, René-Charles, que se colocó entre ambos para la instantánea mientras miraba con ternura y orgullo a su padre. Dado lo especial de la ocasión, estuvieron presentes además la hija mayor de René, Anne-Marie, fruto de una relación anterior, y su yerno, Marc Dupré.
De momento, Céline ha bajado el ritmo de su agenda tras el increíble éxito de su último espectáculo en Las Vegas. El motivo no es otro que el deseo de centrarse en su familia e intentar ser madre de nuevo (su primer hijo, un bebé muy buscado y deseado, nació en 2001 después de que Angélil superara con éxito un cáncer y de que la pareja recurriera a la fecundación in vitro).
