Se sabía que era una de las invitadas a la fiesta previa a los Grammy y la prensa estadounidense ha especulado mucho sobre si asistiría o no. Al final, Whitney Houston fue la estrella en la cena, que se celebró la noche del sábado en el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles. La cantante reapareció en público muy elegante y recuperada. Era una ocasión especial, pues el organizador del evento era Clive Davis, descubridor y mentor de Whitney desde sus inicios en el mundo de la música.
La cantante se mostró muy feliz y sonriente y posó encantada para los medios. Eligió para la ocasión un vestido ajustado, que realzaba su silueta, decorado con numerosas cuentas brillantes en tonos oscuros a juego con sus sandalias. Houston completó su atuendo con un cinturón ancho en seda a modo de fajín. Muy recuperada, la intérprete de I will always love youcompartió mesa con las cantantes Fergie (ex vocalista del grupo Black Eyed Pies) y Alicia Keys.
Una nueva vida Whitney ha vuelto ha tomar las riendas de su carrera musical, que la catapultó a la fama entre los años 1980 y 1990. Tras superar una oscura etapa, marcada por su divorcio de Bobby Brown, la cantante volvió a subirse a un escenario a finales del año pasado. Fue en una actuación en el Festival de la Música Live & Loud celebrado en Kuala Lumpur, capital de Malasia. Entonces se pudo ver a la protagonista de El guardaespealdas con muy buen aspecto y haciendo gala de la que una vez fue una de las voces más admiradas. Volvió a provocar en el público la misma sensación que durante sus comienzos: cuando ella cantó, se hizo el silencio.
Este año, Whitney ha regresado al trabajo con Clive Davis. Ha vuelto a meterse en un estudio para preparar su nuevo álbum, que cuenta con quince nuevas canciones. Probablemente, sea en el mes de marzo cuando sus fans podrán disfrutar de su nuevo single. Al lado de su hija, Bobbi Kristina, y tras su divorcio, la intérprete ha comenzado una nueva vida.
