Ha conseguido volver a poner de moda el soul y el jazz, reinventarlos con letras directas en las que cuenta lo mejor y lo peor de esa fama que ha convertido su nombre en un mito. En sólo cuatro años (los que separan las imágenes del montaje superior, 2004-2008), su look ha cambiado tan radicalmente que en algunas fotografías cuesta un poco reconocer a la misma persona. Sus extravagantes mezclas de ropa, su maquillaje que se alarga hacia las sienes, tatuajes provocativos y su casi imposible peinado cardado la han convertido en modelo de grandes diseñadores (Karl Lagerfeld ha utilizado su moño sobre la pasarela de una de sus últimas colecciones) y de anónimos que adoran sus atrevimientos. Esas son sus señas de identidad, un adorno exterior que junto con su peculiar voz la han convertido en una estrella, rebautizada como una de las aspirantes a reina del souldel siglo XXI.
La estrella de Rock in Rio Madrid Al margen de lo que realmente le importa, su música, quedan sus desencuentros con la ley y sus no menos preocupantes problemas de salud, una delgadez extrema unida a un enfisema pulmonar y a sus adicciones, conocidas y confesadas. La expectación es máxima en cada uno de sus conciertos porque son originales e inesperados (en la pasada edición de Rock in Rio Lisboa decepcionó por su floja interpretación, mientras que, dos semanas después, en el cumpleaños de Mandela, en Londres, conquistó con su energía). Hoy es su debut en España en un espectáculo también pionero en nuestro país, Rock in Rio Madrid, que la anuncia como uno de sus platos fuertes. Y no es para menos ya que la emoción por verla de cerca es casi tan intensa como el número de apuestas sobre cuánto tiempo cantará y la calidad de esos temas. Lo que es seguro es que los fans la acompañarán en el rebelde estribillo de Rehab ("intentaron que fuera a rehabilitación y dije no, no, no").
