Britney y Jamie Lynn Spears, dos hermanas desbordadas por el peso de la fama

Por hola.com

La noticia sorprendió a propios y extraños dada la juventud de la implicada: Jamie Lynn, hermana pequeña de una de las artistas más polémicas de la música actual, Britney Spears, está embarazada a sus dieciséis años. El nombre de Britney Spears se convirtió, con el lanzamiento de Baby one more time en 1999, en uno de esos fenómenos musicales que cautivan a miles de adolescentes. Con sólo dieciocho años y muy unida a su familia, la artista introdujo en la esfera pública a sus padres, Jamie y Lynne, y a su hermana pequeña Jamie Lynn que desde entonces se convirtió en su admiradora número uno.

Tomando a Britney como modelo, la pequeña Jamie Lynn comenzó a saborear la fama, asistiendo a entregas de premios y espectáculos. Con ella hizo sus pinitos en la interpretación, en un anuncio de Pepsi y en la primera película de Britney, Crossroads, donde interpretaba la versión infantil del personaje de su hermana. Poco a poco se fue labrando su propio destino y se convirtió en la estrella de series infantiles como All that y Zoey 101 (en la que triunfa actualmente), por las que recibió varios premios. Jamie Lynn se ha mirado siempre en el espejo de Britney, a la que admira, respeta e incluso imita en la forma de vestir.

Jamie Lynn ha sido como su hermana, y otras muchas estrellas juveniles, un tanto precoz y está experimentando antes de tiempo ciertas vivencias que requieren una cierta madurez. Junto a su pareja, Casey Aldridge, de diecinueve años, afronta ahora la aventura de la maternidad sin dudar de que su novio "será un buen padre", tal y como ha declarado. Lynne Spears apoya a su hija menor aunque al principio no recibió bien la noticia. "Estaba muy disgustada porque no se lo esperaba en absoluto. Una semana después, tuvo tiempo para asumirlo y me dio su apoyo" ha declarado Jamie Lynn.

Britney y el peso de la fama
También su hermana Britney ha tenido una juventud conflictiva. Su inesperado ascenso al podium de las más buscadas se vio empañado en 2002 por el divorcio de sus padres, Lynne y Jamie, una separación que marcó enormemente a la recién bautizada princesa del pop. Sólo dos años después, en enero de 2004, la artista protagonizó un fugaz matrimonio sorpresa con un amigo de la infancia, Jason Alexander, que fue anulado cuarenta y ocho horas después. Ese mismo año, en octubre, la artista pasó de nuevo por la vicaría, esta vez con un bailarín con aspiraciones a cantante llamado Kevin Federline (que tenía ya dos hijos fruto de una relación anterior).

El glamour del escenario dejó paso a la vida familiar, responsabilidades de las que se hizo cargo con sólo veinticinco años. Encantada con su papel de esposa, quiso experimentar también la maternidad y, apenas en dos años, tuvo a sus hijos Sean Preston y Jayden James. La maternidad no le aportó estabilidad a su matrimonio, más bien al contrario, ya que poco después de ser madre por segunda vez pidió el divorcio de su marido. Una vez tomada esta decisión su comportamiento dio un giro inesperado: la intérprete de Gimme More se rapó el pelo al cero e ingresó en un centro de desintoxicación (nunca se detallaron las adicciones de las que se estaba recuperando, aunque las especulaciones apuntaron al consumo de medicamentos).

Fuera del centro, comenzó a preparar su reaparición musical, mientras daba los últimos retoques a su acuerdo de divorcio. Pero cuando pensaba que sus problemas habían terminado, su ya ex marido (en el mes de julio de 2007 firmaron el divorcio oficial) pidió la custodia total de sus hijos, comenzando así un rosario de vistas judiciales en las que la artista no ha quedado muy bien parada (actualmente los niños viven con su padre, que tiene la custodia temporal, y ella tiene derechos de visita hasta que concluya el proceso).