El regreso de las Spice Girls, todo un acontecimiento para sus fans, está siendo más "accidentado" de lo previsto. Y no es que las chicas picantes tengan problemas de logística, ya que un enorme y lujoso avión bautizado como Spice Force One y pilotado, si finalmente cumple su deseo, por John Travolta las trasladará de una a otra punta del globo. Tampoco les preocupa el aforo de sus conciertos porque las entradas se han agotado segundos después de ponerse a la venta, tal es la expectación que su reunión ha levantado. El principal obstáculo al que se enfrentan las cinco artistas son, paradójicamente, ellas mismas.
Según informa el diario británico The Sun, tras la grabación del vídeo de su nuevo tema Headlines el pasado fin de semana en los estudios Pinewood de Londres, es un "milagro" que sigan juntas. Cada una puso su granito de arena para desesperar al director, que amenazó, tal y como cuenta la publicación, con marcharse y dejar el trabajo a medias. Mel B no dejó de quejarse por el cansancio que tenía acumulado por el jetlag -volaba desde Los Ángeles-, mientras que Emma Bunton rompió a llorar debido a que la jornada de rodaje se alargó hasta las tres de la mañana. Victoria Beckham contrató a un asistente para que la siguiera a todas partes bandejas de fruta y champán, mientras Geri Halliwell reclamó una marca de agua determinada y se puso a meditar en medio del rodaje, retrasando las tomas. Los "caprichos" de las cantantes consiguieron acabar además con la paciencia de Mel C que no veía el momento de separarse de sus compañeras y volver a casa.
El sorprendente episodio relatado por el periódico se une a las diferencias que han aireado otros medios, que aseguran que las sonrisas de las Spice Girls esconden numerosos conflictos -ya durante su etapa de más éxito se dijo que no se llevaban del todo bien. Uno de ellos habría surgido por la elección del repertorio de sus conciertos -Geri querría incluir uno de los temas que grabó en solitario, pero Victoria se habría negado.
