Britney Spears ha vuelto a utilizar su página web como plataforma para hacer las primeras declaraciones acerca de cómo afronta su vida, después del tratamiento de rehabilitación que siguió el pasado mes de febrero. En una extensa carta, de más de 500 palabras, abre su corazón y comenta, entre otras cosas, qué piensa de las informaciones que sobre ella han salido en la prensa, cómo le ha afectado la presión de algunas personas y lo importante que son para ella sus hijos. "Me molestaba que los periódicos dijeran cosas horribles sobre mí, pero ahora no hago caso de las cosas que leo" comienza. En seguida sin embargo trata el tema de su ingreso en el centro Promises, de Malibú, y menciona alguno de los motivos que la hicieron tomar la decisión de entrar en él. "Toqué fondo. No fue el alcohol o la depresión la causa de mi estado, era como una niña afectada por ADD (siglas que en algunos medios se han traducido como Atention Deficit Disorder, desorden de déficit de atención). Tenía un manager desde hace mucho tiempo e intentaba dirigir mi vida después de mi divorcio. Estaba abrumada y un poco impresionada. No sabía a quién acudir" explica. "Me di cuenta de cuánta energía y amor había puesto en mi relación cuando esta terminó. No sabía qué hacer con mi vida y me sentía triste. Estaba muy perdida" confiesa la intérprete de Ups! I did it again.
’Es normal salir después de un divorcio’ Pese a que esa complicada etapa ha quedado atrás, Britney asegura que aún se sigue enfrentando a momentos duros. "Tengo que hacer frente a muchas cosas ahora que soy madre. Muchas de las inseguridades que tenía cuando era pequeña han vuelto. Es como si nunca fuera suficientemente buena" explica. La artista no desaprovecha la oportunidad de salir al paso de las críticas que recibió por su comportamiento, previo a su ingreso, y sus alocadas salidas nocturnas. "Es normal para una chica joven salir después de un divorcio. Creo que causó una impresión mayor porque no había salido en mucho tiempo. Tengo 25 años y muchas cosas que aprender. Voy a cometer errores todos los días y sé que cada uno de ellos estará en los programas de televisión" añade. Afirma además con rotundidad que esta especie de "confesión" no tiene como objetivo que la gente sienta pena por ella. "Sé que muchos piensan que me estoy haciendo la víctima, pero no es así. La razón de esta carta es quizá dejar que la gente me vea de un modo diferente" argumenta.
"La vida es bastante surrealista y loca. Yo quiero lo mismo que vosotros… ser feliz. Creo que nunca nos imaginaremos cómo será nuestra vida por completo. Eso es un trabajo de Dios. Tengo ganas de conocerle… o conocerla" concluye. Después de la despedida, se incluye una especie de reflexión del mes: "Está bien discrepar de las opiniones de la gente sobre ciertos temas. No serías sincero contigo mismo si te dejas llevar por la opinión de otros porque te sientes culpable". Esta es la segunda vez que Britney Spears se pronuncia desde que abandonara la clínica de desintoxicación, obtuviera el divorcio definitivo del bailarín Kevin Federline y retomara -con algunas breves actuaciones- su carrera musical. En su primera misiva, se dirigió a sus fans para agradecerles su apoyo incondicional.
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