Con un vestido en muselina de seda natural, con escote palabra de honor, cuerpo drapeado y una falda muy ligera y vaporosa -también de Rosa Clará pero distinto al que utilizó para dar el 'si quiero'- Paulina Rubio salió del brazo del que ya es su marido, Nicolás Vallejo Nágera, a las puertas del parque natural de Xcaret para posar ante la prensa. Las primeras palabras de la "chica dorada" como mujer casada se centraron en su deseo de ser madre. "Les voy a dar muchos rubitos malcriados, quiero tres o cuatro", confesó la cantante, que regaló apasionados besos a su marido. Paulina, que se siente "enamoradísima y feliz", lució radiante durante los cuatro minutos que habló con la prensa y en los que ella y su marido ofrecieron románticas instantáneas. Entre constantes gestos de amor del uno hacia el otro, que incluyeron abrazos, sonrisas y más besos, "Pau" puso punto final a sus declaraciones con un "¡Que viva México y España!" y, levantando su mano derecha, realizó el símbolo de la "V" de la victoria. Por su parte, Nicolás Vallejo Nágera, impecable con un elegante traje oscuro, y muy sonriente, se mostró orgulloso de haberse convertido en el marido de la cantante mexicana. "Es una maravilla tener esta mujer a mi lado", confesó el empresario español a la prensa.
La pareja se dio el "sí quiero" en la capilla de San Francisco de Asís, una iglesia situada en el corazón del parque natural de Xcaret, en Cancún, un entorno paradisíaco salpicado de ruinas mayas. La naturaleza tuvo un papel muy destacado en la ceremonia, ya que los materiales de la citada capilla, madera y piedra, se vistieron con decenas de flores blancas, elegidas personalmente por la novia. Ella caminó hasta el altar del brazo de su padre y padrino, Enrique Rubio, con un diseño exclusivo de Rosa Clará en color blanco, mientras que Nicolás lo hizo del brazo de su madre Sabine Deroulede, que fue su madrina, vestido con chaqué. Ante las imágenes de Cristo y, por supuesto, de la patrona de México, Nuestra Señora de Guadalupe, los novios se unieron mediante un rito corto, que sólo incluyó los votos matrimoniales y no la misa entera. El cura que ofició el rito, el irlandés Bernard Quinn, ya había adelantado que la pareja había elegido la ceremonia breve.
Los invitados, vestidos de blanco Una vez fuera de la iglesia, los casi setecientos invitados asistieron a un recreación del juego de pelota, un deporte que practicaban los antiguos mayas, donde se sirvió un cóctel de margaritas y aguas frescas. Tras el exótico aperitivo, uno de los restaurantes del complejo sirvió un menú compuesto por una mezcla de platos típico mexicanos y cocina mediterránea. Dentro del local discurre un río subterráneo en el que flotaban decenas de velas, un detalle que desveló la organizadora del evento, Becky Alazraki, días antes: "Habrá velas flotando en el agua en el río subterráneo". Como en toda celebración nupcial, no podía faltar el baile posterior, que se prolongó hasta altas horas de la madrugada y que tuvo como escenario una playa cercana.
El blanco fue el color predominante en los modelos que lucieron los invitados, por expreso deseo de los novios. Estuvieron muchas caras conocidas de la escena social internacional como Laura Ponte y su marido Beltrán Gómez Acebo, Ariadne Artiles, Eugenia Martínez de Irujo, Javier Hidalgo, María Chavarri y su marido Javier Soto, la modelo Blanca Romero, las actrices Silvia Pinal y Silvia Pasquel y el cantante Coti, entre otros.
Ya convertidos en marido y mujer, Paulina y Nicolás se escaparán a un destino desconocido para pasar su luna de miel. Sólo serán, sin embargo, dos semanas de descanso, ya que la intérprete de Una sola palabra comienza el 17 de mayo su gira por norteamerica.
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En vídeo. Las primeras imágenes de la pareja como marido y mujer Ver noticia
