—Sin problemas.
—De nuevo tan segura, Soraya.
—Tan segura como que me tenía que presentar a «Operación Triunfo» y me cogerían. Tan segura como que él sólo quiere mi bien, porque me lo ha demostrado cincuenta mil millones de veces. Estoy en el momento más feliz de mi vida.
’Se sube en casa por las paredes’
—Enfrentarte a algo desconocido para ti, como es el mundo artístico, podría cambiar tu manera de ver la vida.
—No me asusta para nada. Cantar es un trabajo más y no me va a cambiar.
—Empezarás a ganar dinero.
—Tengo que pagar algunas cosas que debo, como un ordenador portátil y otras cosillas.
—Tendrás otras miras más importantes.
—Hombre, pues por gustar, me gustaría comprarme una casa en mi tierra, pero como ahora estoy dedicada por completo a mi profesión, si tiene que ser en Madrid, será en Madrid.
—Recuerdo que Rosa, la ganadora de la primera edición de «Operación Triunfo», compró una casa para su familia.
—Precisamente, el otro día hablaba con mi madre y le prometía que con el dinero que gane iba a ponerle una cafetería años veinte, que a ella le gusta mucho.
—Retirarla de trabajar, en una palabra.
—Sí. Trabaja por las noches. Como padece de la espalda y tiene que ayudar a mover a los ancianos, se lo he prometido.
—Y quitar a tu padre de pintar.
—Eso no. Mi padre no puede dejarlo porque es una persona muy nerviosa, y si yo le quito de pintar, se sube en casa por las paredes. Pero sí me gustaría ponerle a gente que trabajase para él, para que así mi padre hiciese lo menos posible.
—Hablemos de los pilares en los que se asienta tu moralidad.
—Me gustaría casarme, me gustaría seguir en este mundo de la música, y lo principal, mi felicidad y la de la gente que me rodea. Para mí esos son pilares muy claros.
—Y hoy el forjado es sólido.
—Lo es. Yo estoy contenta, mis padres están contentos, mi novio está contento y mis amigos están contentos.
