A Celine Dion la vida le sonríe. Protagonista de un musical en Las Vegas, trata de compaginar su ajetreada vida profesional con su sueño: ver crecer muy de cerca a René-Charles, su hijo de cuatro años y medio, el niño por el que tanto lucharon ella y René Angelil, su marido y manager. Celine y René están volcados en su pequeño. En 1999, a René Angelil le diagnosticaron una grave enfermedad que parecía poner en peligro los deseos de la pareja por tener hijos. Después de un complejo tratamiento médico, y de muchos años a la espera, lograron cumplir su sueño. Y René-Charles vino a traer felicidad a la pareja. Ahora, Celine Dion, una de las artistas más reconocidas de todos los tiempos, sabe que es hora de cumplir aquello de que "el espectáculo debe continuar". Y se las ingenia lo mejor que puede para combinar vertiginosas jornadas de trabajo (en un musical que defiende en los escenarios cinco días a la semana, con un contrato de tres años, en un teatro que admite un foro de más de cuatro mil personas) con la atención constante a su familia.
¿Cómo se organiza en Las Vegas? No tengo elección por los horarios del espectáculo. Nos levantamos tarde, comemos juntos a las cinco y entonces me voy a trabajar. Vuelvo a casa a las diez y media u once, para cenar en familia. René-Charles se ha acostumbrado a esta rutina. Piensa que todos los niños pequeños viven como él.
¿Le gustaría tener un segundo hijo? Es natural desear tener hijos. No sé si tendré la suerte que necesito para ser madre de nuevo. Sólo el tiempo nos lo dirá. En mi caso, yo ya soy madre, me siento plena y todo es maravilloso. Si fuéramos bendecidos por segunda vez, sería precioso tener otro hijo. Pero no se puede planear siempre todo.
