Mick Jagger: 60 años de leyenda

Por hola.com

Sesenta años y en activo. Mick Jagger, líder de los Rolling Stones, sigue derrochando fuerza y energía sobre los escenarios de toda Europa con su nueva gira, Forty Licks. Su sesenta cumpleaños le ha pillado en la bella Praga. Y allí se celebrará una gran fiesta en un lugar no desvelado (algunos apuntan al restaurante Hergetova Cihelna, pero es más que probable que a última hora despisten a la prensa y se trasladen a otro punto de la ciudad). Entre los invitados se sabe que acudirá nada menos que el ex presidente de la República Checa, Vaclav Havel, amigo personal de Jagger y fiel seguidor de la banda durante décadas. Pero la fiesta será también musical, porque la banda se dispone a tocar frente a más de 70.000 personas en el estadio de fúbbol Letna, de la capital checa. Y será Praga el único punto de Europa del Este al que acudan durante esta gira los Rolling Stones.

60 años de leyenda
Mick Jagger, aunque muchos no lo saben, nació pelirrojo el 26 de julio de 1943. Su madre vendía cosméticos de puerta en puerta y su padre, con el que tuvo unas relaciones complicadas, era profesor de gimnasia y respondía al nombre de Joe Jagger. De su padre, autor de un libro sobre cómo enseñar baloncesto en las escuelas, probablemente heredó la fortaleza inaudita que le mantiene en el escenario durante horas sin descanso. Y llamando al baile a los miles de espectadores a los que está acostumbrado.
Su primera guitarra la compró en España, durante unas vacaciones estivales. Era acústica y de ella sacó sonidos que le invitaron a continuar en el mundo de la música. A la par que estos primeros pinitos en la composición, Mick Jagger no tardó en acostumbrarse a las cámaras de televisión. En más de una ocasión salió en un programa deportivo con su padre, mostrando cómo jugar al pádel. Curiosos inicios de "mente sana en cuerpo sano", para un cantante al que algunos excesos de su juventud le hicieron adoptar una imagen de maldito que se rompió definitivamente en 2002, cuando se le nombró sir, aunque él, aún fiel a sus principios, no pasó por el Buckingham Palace a por la distinción.