El bailarín Rafael Amargo, en su momento más dulce

Por hola.com
—¿Y cómo surgió la chispa que llevaría vuestra relación a otro nivel?
—Ella conoce todo mi pasado amoroso, todas mis relaciones anteriores, al igual que yo las suyas, porque nos hemos usado siempre el uno al otro como paño de lágrimas. Un día los dos, llorando juntos penas de amores, pensamos: "¿Y por qué no nos queremos nosotros?" —bromea con un aire conquistador—. Y nos quisimos...

—¿Te ves con hijos en un futuro?
—¡Ya mismo! —exclama feliz, sin parpadear un momento.

—¿Cuántos te gustaría tener?
—Como sólo he tenido un hermano, siempre he echado mucho de menos tener más. Siempre estábamos con los primos; unos eran ocho; otros, cuatro, y nosotros, solitos... Siempre teníamos que ir a casa de los primos a jugar. No quiero que a mi hijos les ocurra eso, así que voy a tener muchos, de tres para arriba.

—¿Habéis pensado en una ceremonia religiosa?
—De momento, haremos una boda civil. Disfruto infinitamente con mi arte, vivo el minuto, el día a día con tanta intensidad que casi no tengo tiempo de pensar en más... Los temas políticos y religiosos no me han dado quebraderos de cabeza hasta ahora. Si me preocupa algo es estar vivo y aprovechar cada instante. Luego añade, con su espontánea sencillez: —¿Qué le importa al mundo lo que yo piense de él, si es tan grande y yo soy tan poca cosa?.

"En mi casa tenemos muy presente a mi hermana
—¿Has estado a punto de tirar la toalla alguna vez?
—Claro, muchas veces. Sobre todo, cuando cambio de un espectáculo a otro. Ese vacío de que algo ha terminado y va a nacer otra cosa y no sabes por dónde arrancar... Aunque también son momentos muy bonitos, porque son los más creativos... Pero implica muchas luchas, los productores no ven las cosas tal y como las ven los artistas y a veces te desesperas.

—Si pudieras, ¿cambiarías algo del pasado?
—De haber estado en mi mano, me habría gustado que la única hermana que tuve no hubiese fallecido. Fue de niña, yo aún no había nacido, pero en mi casa la tenemos todos muy presente. Por lo demás, dejaría todo igual.