Dieciocho mil personas se dieron cita en el Palau Sant Jordi de Barcelona para disfrutar de la única actuación en España del gran músico de Nueva Jersey: Bruce Springsteen. El artista, en plena gira europea, no decepcionó a su público, unos fans que compraron las entradas del concierto en tan sólo cinco horas desde su puesta a la venta, y le deleitó con el más puro rock and roll.
No hicieron faltas filigranas acrobáticas, ni despliegues escénicos y luminotécnicos especiales, fue suficiente con la voz del boss entonando las primeras notas de The Rising, no sin antes haber saludado a los presentes con un Bona nit, Barcelona. A lo largo de más de veinte temas y dos horas y media de buena música, Springsteen y su banda provocaron pasión y delirio en un público intergeneracional, que escuchó exaltado las críticas del músico a la política belicista de Bus.