El metaverso se presenta como una oportunidad de oro para las empresas de moda que buscan interactuar con sus clientes sin los límites materiales impuestos a la imaginación.

Los mercados de ropa digital suman seguidores por minuto, atendiendo a una creciente demanda de los internautas por ostentar las últimas tendencias a través de la pantalla. 

Una prenda de ropa en formato digital puede usarse principalmente como 'piel' para un avatar en distintas plataformas virtuales, desde videojuegos hasta comunidades.

Un segundo uso consiste en insertarla en cualquiera de tus fotografías o incluso durante una videollamada: la ropa se amoldará a tu cuerpo, simulando una prenda física o tangible.

Si quieres probarte una de estas prendas, debes subir fotografías de ti mismo al marketplace para que este adapte la prenda a tu cuerpo con tecnologías de realidad virtual.

"Mientras más datos personales tenga la plataforma, mayor será la similitud de nuestro avatar con nosotros, por lo que también serán mayores las probabilidades de que nos guste lo que compramos", nos cuentan desde PRODAT, empresa dedicada a la asesoría en cuestiones de protección de datos.

En el metaverso, con fin de personalizar al máximo la experiencia, los dispositivos ponibles o wearables registran cada uno de nuestros gestos.

Los avatares de Meta permiten vincular la identidad del usuario en Facebook, Instagram y sus otros servicios, aunque pronto será un espacio inmersivo de ambientes interconectados, desde Decentreland hasta Roblox o Fortnite.

Zuckerberg anunció este año que Meta ha puesto en marcha una alianza comercial con tres firmas de moda claves: Prada, Balenciaga y Thom Browne. ¿Pagarías para vestir de diseñador en el metaverso?

Las marcas de lujo apuntan a recuperar esa exclusividad que han perdido progresivamente a causa de las redes sociales y la cultura de las rebajas. El metaverso se planta como una solución.

Los bienes virtuales no se producen en masa ni dependen del mantenimiento de tiendas físicas, cientos de trabajadores y elaboradas campañas publicitarias, por lo que se recupera el modelo de la edición limitada.

Esta inversión mínima de capital permitirá a las firmas de lujo recuperar sus productos más icónicos sin tener que pisar la fábrica, apelando a la nostalgia que domina la industria de la moda. 

La moda digital es cualquier archivo de un artículo de moda que solo existe digitalmente, en el mundo virtual. Sin embargo, no todas las prendas digitales son NFT.

Los NFT (tokens no fungibles) son activos que representan elementos únicos: obras de arte, vídeos, documentos o prendas de ropa completamente digitales, los cuales se pueden comprar y vender como cualquier otra propiedad.

En muchos casos, la ropa virtual no necesita ser almacenada en una cadena de bloques o blockchain, donde están los NFT. Dependerá del valor coleccionable de la prenda y de si se puede revalorizar.

La trazabilidad propia de los NFT garantiza a las firmas de lujo cierta protección ante distintos intentos de plagio, pero la cosa se complica si hablamos de enseñas que aún no han puesto pie en el metaverso.

Hermès introdujo una demanda por el uso ilícito de la marca registrada Birkin al artista Mason Rothschild por su lanzamiento de NFTs llamados MetaBirkins, que reproducen el icónico bolso. 

¿Qué hacer ante los fakes virtuales? La abogada Gabriela D'Argento asegura que "si un artista crea una obra cuyo soporte material está en 'el mundo físico', y luego un tercero no autorizado ejecuta una reproducción de esa obra en el metaverso, estaría violentando los Derechos del titular del Derecho de Autor".

Los NFT son una herramienta necesaria para difundir y proteger el valor de la firma, pero también plantean nuevos desafíos de aplicación que están forzando a los grandes conglomerados a tomar acción. 

"El blockchain es un registro que tiene características consideradas como favorables para la protección de intangibles. Facilita la identificación de una obra digital pirata y reduce la posibilidad de reproducciones ilícitas de obras", reitera D'Argento.