Fotograma del videoclip de Saoko, de Rosalía. Pertenece al álbum Motomami, con el que la cantante reivindica a las mujeres en el masculino mundo del motor.

'Motomami' es el nombre de la empresa familiar de Rosalía, sí, pero la cantante prefiere hablar de la dualidad que encierra esta palabra: agresividad y vulnerabilidad, y esta dicotomía obsesiona a los diseñadores en los últimos tiempos. 

Maria Grazia Chiuri combinó guantes y cazadoras de motocross con sus clásicos trajes en la colección de otoño-invierno 22/23 de Dior. Lo justificó con una alusión al acercamiento entre moda y tecnología.

¿Y por qué el bikercore se erige justo ahora? ¿Podría haberse visto fomentado por las restricciones derivadas de la crisis sanitaria (incitándonos a la búsqueda de libertad y experimentación)? ¿Acaso por el auge del feminismo? ¿De la moda de segunda mano? ¿Han podido influir los conflictos bélicos? "Pues precisamente todo esto junto", explica Piluka de Echegaray.

Olivier Rousteign se lanzó a explorar en Balmain el concepto de ropa como protección, dando lugar a diseños como estos en su colección de otoño-invierno 22/23, que parecían sacados de la película Tron.

Alexander McQueen reinventó la cazadora perfecto en su colección de otoño-invierno 22/23. Dentro de seis años, el diseño original cumplirá cien años de historia.

Después de que Marlon Brando y James Dean la lucieran en los años 50, la prenda cayó en gracia entre diversas tribus urbanas. Ya era un fetiche de los músicos de rock cuando Vivienne Westwood e Yves Saint Laurent la introdujeron en sus colecciones, y ahí se forjó el mito en torno a ella: una prenda todoterreno, elegante y canalla, que este año reinterpretan de nuevo las grandes firmas.

También Simone Rocha creó su propia perfecto para este otoño, y lo hace combinando la agresividad del cuero negro con la candidez de los volantes y lazos blancos. Es la dicotomía que marca la moda femenina de los últimos tiempos.

"La moda siempre es una herramienta de expresión, una forma de comunicación que realizamos a través de nuestra imagen, de nuestro aspecto. La moda fluye y se adapta a las distintas necesidades de la sociedad y, sin duda, es un arte que nos permite reflejar cómo nos sentimos o qué queremos sentir", nos indica la estilista Piluka de Echegaray.