En su gran noche de anfitriona, Cayetana Guillén Cuervo impactó como una Cenicienta moderna con este vestido rosa chicle de Pedro del Hierro, rematado con unos pendientes especiales en homenaje al paisaje costero donostiarra. 

Más allá de su vestuario, sorprendieron sus pendientes elaborados en platino y oro amarillo de 18 quilates que están decorados con dos esmeraldas de talla cabujón y diamantes de talla brillante de color amarillo.

La icónica anémona que diseñó el artista vidriero Emile Gallé en 1902 se ve transformada en un exquisito par de pendientes al paso de las delicadas manos de Casa Munoa, joyería donostiarra artesana que trabaja piezas únicas desde 1935.

Casa Munoa ha sido una de las responsables del joyero de la actriz en su paso por el certamen a lo largo de los años, por lo que su relación se remonta a tiempo atrás. En redes sociales, se tomó un momento para agradecer, asegurando: "He llevado vuestra preciosa anémona con todo mi amor y mi respeto".

El concepto para su elaboración estaba claro, explica el maestro joyero Claudio Munoa: “Basándonos en el estilo floral de Perrier-Jouët, sus formas y colores hemos extraído el contorno estilizado de esa anémona simbólica, ligera y colorida para adaptarla con libertad al gusto de la Casa Munoa".