La cultura de los paparazzi alcanzó su punto más alto en los años noventa, con el auge de la prensa rosa en un tiempo donde las redes sociales ni se asomaban por la puerta. En pleno mediático divorcio, cualquier aparición de Diana de Gales suscitaba la curiosidad de fotógrafos y lectores. Unas celebridades, como las gemelas Olsen, usan sus vasos de café y amplias gafas de sol, otros llevan mantas y algunas, sus bolsos. La madre de Guillermo y Harry pertenecía a este último grupo, incluso llegó a acuñar su propio término: cleavage bags ("bolsos de escote"). Para evitar primeros planos incómodos o un posible desliz de vestuario, llevaba inteligentemente sus clutch sobre su pecho siempre que salía del coche. Durante un tiempo, esta técnica pasó desapercibida, pero pronto la misma Diana de Gales reconoció su estrategia. Un ejemplo clásico es la salida de su limusina antes de una presentación de El lago de los cisnes en 1997, en el Royal Albert Hall, apenas dos meses antes de su trágico desenlace.
- La pasión por la moda que convirtió a Diana en icono