Desde hace más de 50 años, Raffaella Carrà se mantuvo en primera línea del espectáculo y lo hizo con su flequillo platinado intacto. La presentadora, cantante y bailarina se consolidó paulatinamente como icono de la cultura popular gracias a su vibrante personalidad y a sus llamativos estilismos, dignos de la mejor showgirl: brillos excesivos, vestidos con arriesgadas aberturas, hombreras maximalistas y estridentes estampados formaban parte de las señas de identidad de la gran diva italiana. Estos detalles que hoy resultan habituales fueron en su momento un escándalo para la conservadora sociedad italiana de los años setenta, convirtiéndola en objeto de deseo y modelo a seguir para todos los que se sintieran diferentes. Ha fallecido este 5 de julio, a sus 78 años, dejándonos un interminable legado de moda para recordar por siempre.